El pasado mes de agosto, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció la militarización de la Guardia Nacional. Con el propósito de materializar el deseo del presidente mexicano, la Cámara de Diputados ha aprobado una serie de modificaciones en las siguientes normas:
- Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
- Ley de la Guardia Nacional.
- Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
- Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
De esta forma, se han evitado cambios en la Constitución y se ha gestionado la militarización de la Guardia Nacional por la vía rápida. Tras la votación, a pesar de las críticas de la oposición, la iniciativa ha sido enviada al Senado para su ratificación.
Objetivo: reforzar la lucha contra la violencia criminal
La Guardia Nacional es un cuerpo que creó AMLO en 2019. De naturaleza civil, el mismo ha sido controlado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Sin embargo, ahora pasará a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Según el documento presentado por el diputado Ignacio Mier Velazco, en nombre de las bancadas de Morena, PVEM y PT, con la militarización de la Guardia Nacional se pretende abordar los desafíos que plantea la violencia criminal. “El riesgo que enfrentamos es sumamente delicado para el Estado mexicano, ya que el crimen organizado en nuestro país se ha convertido en una fuerza cuasimilitar que usa la violencia contra la población y las instituciones públicas”, subraya el texto.
El propósito final, añade el documento, no es militarizar el país o implantar el autoritarismo, sino cuidar, con la tutoría de la Sedena, el crecimiento sano de la que debe ser la principal institución de seguridad pública de México.
En contra de la militarización de la Guardia Nacional
Por su parte, la oposición ha anunciado que interpondrá una acción de inconstitucionalidad ante el Tribunal Supremo. Al respecto, Jorge Triana, del Partido de Acción Nacional, ha manifestado que “AMLO es el presidente más militarista de la historia de México. Y ha convertido la SSPC en un cascarón”.
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