¿Cuándo se incorporó Alicia Sorroza Blanco al mundo de la seguridad? ¿Qué destacaría de su evolución en el sector?
Pensando en mi trayectoria personal, la seguridad siempre ha estado en el centro de lo que me motiva y me impulsa diariamente. Me refiero a la seguridad en su concepto más amplio y definido como ese bienestar que los seres humanos buscamos percibir, sentir y vivir tanto en forma individual como para nuestros seres queridos.
Cuando estudié mi licenciatura de Relaciones Internacionales y Ciencia Política, busqué entender, entre muchos otros temas, los juegos de poder entre Estados, las razones por las que se inician conflictos armados, los conceptos como amenazas y riesgos… Me enfoqué en comprender las estructuras organizativas y normativas que buscan generar esas condiciones de estabilidad y bienestar para que los ciudadanos tengamos cubiertas nuestras necesidades de seguridad y protección que Maslow plantea como básicas en su pirámide.
Pero poco a poco, al crecer en el mundo corporativo pude entender la contribución esencial que otros actores, no públicos, ejercen en la seguridad y, por ende, en el bienestar de cada uno de nosotros. Más aún en regiones como las nuestras, con importantes desafíos gubernamentales en la provisión de servicios y bienes de seguridad públicos.
Por ello, las empresas se convierten en actores claves. Lo pude comprobar en el sector aeronáutico garantizando la seguridad de miles de viajeros, tripulantes y empleados en todo el mundo. Y en el sector logístico de la cadena de suministro generando las condiciones necesarias para que los productos básicos y esenciales de la vida diaria lleguen a los consumidores finales, así como para propiciar condiciones y espacios seguros para que miles de trabajadores puedan desempeñar sus tareas.
¿Cómo valora la incorporación cada vez mayor de las mujeres a la seguridad y su contribución al sector?
Me ha tocado ser pionera en las posiciones que he ido ocupando en este sector. Al inicio de mi carrera, al estar en contacto con responsables y altos cargos de organismos públicos dedicados a la seguridad, podía sentir el escepticismo o la incomodidad en esa interlocución. Sin embargo, he podido observar cómo se ha ido normalizando y aceptando esa presencia y nuestras aportaciones no como mujeres per se, sino como personas talentosas.
A la par de la incorporación paulatina de la mujer al sector, también me gusta destacar la incorporación de personas con perfiles no tradicionales, con habilidades y conocimientos del mundo de los negocios, del marketing, de la sociología y psicología, de la criminalística, de la ingeniería, etc., para aportar perspectivas innovadoras y diferentes pero con un objetivo indiscutible: la seguridad.
“Si este mundo les motiva y genera sentimiento de autorrealización, a las mujeres que desean incorporarse a la seguridad les digo que no desistan si encuentran obstáculos en su camino”
Bajo el punto de vista de Alicia Sorroza Blanco, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el sector de la seguridad en la actualidad?
El contexto en el que estamos viviendo a nivel global es realmente complejo con proyecciones económicas desafiantes, conflictos tradicionales que hasta hace unos meses no hubiéramos considerado que eran siquiera una posibilidad en suelo europeo, tensiones entre las principales potencias mundiales en el ámbito económico y un largo etcétera aunado a cambios acelerados a nivel tecnológico y social que crean nuevas amenazas e incrementan riesgos que afectan a nuestra vida. Estas ya no son circunstancias excepcionales, es parte de nuestro día a día en el que tenemos que operar y buscar proveer espacios seguros.
En un artículo publicado en Harvard Business Review (2016), la profesora Carol Dweck plantea que “el antídoto para nuestro angustioso tiempo de incertidumbre es la mentalidad de crecimiento” –growth mindset en inglés–. Para poder sobrevivir necesitamos aprender, que no es lo mismo que estudiar aunque sí es parte importante del aprendizaje, a la misma velocidad que se dan los cambios. Y para progresar necesitamos aprender más rápido que el entorno, según nos comparten expertos en la materia.
Si traducimos esto a nuestro ámbito, es fundamental que este concepto lo podamos incluir en nuestras estrategias y planes de trabajo: cómo convertirnos nosotros, nuestros equipos y nuestros socios estratégicos en aprendices para entender las necesidades de nuestra gente, de nuestro negocio y de nuestros clientes implementando esquemas de seguridad innovadores, con la combinación adecuada y precisa de tecnología, para hacer frente a los desafíos actuales.
Y el otro reto entre los múltiples que estamos viviendo, que considero requiere una mención especial, es el de las ciberamenazas, justamente por lo transversal y por afectar al corazón de nuestros modelos de negocio, nuestras soluciones de seguridad y nuestro estilo de vida actual.
Para finalizar, ¿qué mensaje desea transmitir Alicia Sorroza Blanco a las mujeres que quieren incorporarse al mundo de la seguridad?
Un mensaje que me gusta transmitir, y que busco hacerlo con mis hijas aún adolescentes, es que no acepten límites y menos aún que se autolimiten. Si es su vocación, si encuentran que la seguridad en sus diversas variantes les motiva, les genera ese sentimiento de autorrealización, no desistan si encuentran obstáculos que se puedan interponer en su camino.
Como tantos otros sectores de nuestra sociedad, el mundo de la seguridad está cambiando de forma acelerada. El ámbito corporativo está buscando atraer talento sin restricciones de género. Para ello, muchas empresas crean iniciativas y políticas de cara a propiciar la diversidad de sus equipos. En este punto, me gustaría destacar el compromiso activo y diario de la empresa a la que pertenezco por facilitar y crear el entorno adecuado que me permite liderar un equipo diverso y talentoso con extraordinarios resultados.
Y por último, alineado con los retos que he mencionado anteriormente, mi recomendación es prepararse y estudiar, pues va a facilitar su integración al mundo de la seguridad. Es clave que busquen desarrollar una actitud y mentalidad enfocadas al aprendizaje, lo que va a permitir tener las herramientas adecuadas para enfrentarse y reaccionar a los retos que debemos gestionar en nuestro día a día como profesionales de la seguridad.