Cuando hablamos de la seguridad física y patrimonial estamos hablando de la protección de los bienes, activos y personas de una organización. Dichosamente, este concepto está evolucionando y especializándose de forma significativa. Tal es el caso de las infraestructuras críticas como las plantas hidroeléctricas de energía renovable.
Agua: fuente de energía
Este tipo de concepto de energías limpias no es un tema nuevo en Costa Rica, pues podríamos mencionar tres grandes proyectos de gran calibre. Cuando hablamos de plantas hidroeléctricas de energía renovable lo hacemos de instalaciones donde se transforma la energía potencial del agua para obtener electricidad. Y la energía es obtenida gracias a la fuerza de la caída del agua desde cierta altura, haciendo girar las turbinas conectadas a generadores eléctricos.
Esta es una forma de energía limpia, ya que no produce emisiones de gases de efecto invernadero ni otros contaminantes relacionados a este proceso. Hoy en día, la producción de electricidad en las plantas hidroeléctricas se ha convertido en una fuente de energía renovable bastante popular, ofreciendo muchas ventajas. Una clara ventaja de este tipo de producción es que su funcionamiento no depende directamente de mecanismos o procesos externos de energía. Y como resultado no está expuesta a interrupciones o a cualquier otro tipo de accidentes.
Primeras medidas de seguridad
Por ello, el cuido y la protección tanto física como patrimonial en las plantas hidroeléctricas de energía renovable se vuelve tan importante. Y, para dicho fin, se recomiendan como primeras medidas de seguridad:
- Una distancia prudente de las instalaciones y los poblados aledaños con el objetivo de reducir el impacto, en caso de que la planta sufra algún accidente.
- Se debe de crear una correcta gestión de riesgos, tomando en cuenta, entre otros, peligros naturales como los geológicos, geotécnicos, hidrológicos, meteorológicos y sísmicos.
- Realizar un análisis de vulnerabilidades con el propósito de evaluar las posibles partes expuestas de las obras civiles.
- Implementar un correcto centro de monitoreo (CCTV) dentro de las instalaciones para tener un control de los ingresos y egresos.
- Diseñar planes de respuesta junto al departamento de Salud Ocupacional.
- Desarrollar simulacros con el departamento de Seguridad Física, ante posibles intrusiones y sabotajes, en colaboración con el departamento de Salud Ocupacional.
Además, un adecuado control de ingreso de terceros con acceso a los sistemas empresariales (por ejemplo, contratistas, trabajadores de medio tiempo, clientes, proveedores y proveedores de servicios) hace que el manejo de datos confidenciales dentro de la planta sea tratado de una forma hermética, previniendo de esta forma una posible extracción.
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El artículo completo de Harry Brenes, asesor en Seguridad Corporativa y Derecho Laboral de Enel Green Power, lo encontrarás en el número 26 de la revista ‘Segurilatam’.
