Bajo la administración de Morena, México ha experimentado una disminución dramática en el presupuesto dedicado al mantenimiento y actualización de los sistemas de seguridad física. Este recorte ha dejado infraestructuras críticas y prisiones en una situación precaria, exacerbada por el desgaste natural, la obsolescencia tecnológica y una delincuencia organizada en ascenso. Esta realidad subraya la urgente necesidad de revitalizar la seguridad física en el país.
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Desafíos actuales
La falta de mantenimiento y actualización ha provocado un deterioro y obsolescencia tecnológica significativos en los sistemas de seguridad, comprometiendo su capacidad de respuesta ante amenazas contemporáneas. Además, el cambio climático y las condiciones ambientales adversas han dañado la infraestructura física y desafiado la operatividad de los sistemas de seguridad.
La debilitación de las fuerzas policiales, acentuada por la disolución de la Policía Federal y la cuestionable actuación de la Guardia Nacional, especialmente en la protección de infraestructuras críticas, ha dejado un vacío aprovechado por la delincuencia común y las organizaciones criminales, incrementando los riesgos en sectores vitales como la industria petrolera y energética, el suministro de agua y las vías de comunicaciones, entre otros.
¿Cómo volver a iniciar?
Ante este escenario es crucial preguntarse: ¿Qué proteger y contra qué proteger? La respuesta comienza con un diagnóstico de la situación actual, seguido de la implementación de un análisis de riesgo detallado. Este proceso incluye la identificación y valoración de activos críticos, la detección de amenazas internas y externas, y la evaluación de vulnerabilidades. A través de la evaluación de impacto y la determinación de riesgos es posible priorizar los recursos de seguridad de manera efectiva, desarrollando estrategias de mitigación de riesgos basadas en un análisis costo-beneficio.
Protección perimetral en infraestructuras críticas
La protección perimetral juega un papel fundamental tanto en el dominio terrestre como en el aéreo. Incluye barreras físicas –que, con un diseño adecuado, mantienen su eficacia–, sistemas de vigilancia avanzados, controles de acceso y sistemas de detección de intrusos en tierra, así como sistemas de detección de drones y contramedidas electrónicas en el aire. La integración y gestión centralizada de estos sistemas son clave para maximizar la seguridad perimetral.
Estrategias de implementación
Actualizar la seguridad física a la altura de las nuevas amenazas requiere una inversión y financiamiento acorde a las circunstancias. México enfrenta un déficit de personal capacitado para liderar la protección de infraestructuras críticas. Instituciones como la Guardia Nacional y el Servicio de Protección Federal carecen de técnicos y mandos con conocimientos y visión actualizada; es más: ni siquiera cuentan con un catálogo actualizado de las infraestructuras criticas existentes en el país. Por tanto, es imperativo que la administración entrante busque una colaboración interinstitucional robusta con el Gobierno, el sector privado y expertos en seguridad para reconstruir y fortalecer el sistema de seguridad física del país de manera integral.
Revitalizar la seguridad física en México es una tarea urgente que demanda un enfoque estratégico y multidisciplinario. La implementación de un análisis de riesgo exhaustivo, una protección perimetral robusta y la integración de tecnologías avanzadas son esenciales para desarrollar un sistema de seguridad resiliente. Ante el aumento de las amenazas por parte del crimen organizado, se requiere un compromiso colectivo y acciones decisivas para asegurar un futuro más seguro para México, protegiendo así nuestros activos nacionales y la seguridad de los ciudadanos. ¿Ya escucho algo de esto en las propuestas de los candidatos?
