Teniendo en cuenta que las ciberamenazas son cada vez más efectivas, la prevención es una de las claves para hacerlas frente. De hecho, varios países de Latinoamérica han desarrollado en estos últimos años estrategias nacionales de ciberseguridad con múltiples objetivos para prevenir y enfrentar los ciberataques. A estas estrategias se ha sumado la Estrategia Nacional de Ciberseguridad de Uruguay, que presenta oportunidades para promover las medidas de cooperación, organizacionales y legales.
En este sentido, Uruguay cuenta con un borrador de su Estrategia Nacional de Ciberseguridad (ENC) que contempla avances en ciberseguridad hasta el año 2030. Asimismo, el borrador de la ENC de Uruguay plantea entre sus propósitos promover la colaboración del sector público, el privado, la academia y la sociedad civil.
Por tanto, el país apuesta por fomentar la investigación y el desarrollo en ciberseguridad para proteger los datos y la privacidad de las personas. A la par que espera atraer inversión y hacer que la población confíe en lo relativo al ciberespacio. De esta forma, Uruguay podrá estar al nivel de la creciente sofisticación de las ciberamenazas.
Objetivos de la Estrategia Nacional de Ciberseguridad de Uruguay
Con esta estrategia, Uruguay establece una serie de mecanismos y normativas desde la gobernanza a nivel nacional para definir los roles y responsabilidades del sector público y privado. Por ello, fijar un marco normativo claro y actualizado es una prioridad para el desarrollo de la resiliencia ante ciberdelitos. Cabe añadir que la estrategia pretende reforzar la posición de Uruguay en el escenario global a la vez que fortalece su propia ciberdefensa consolidando su ecosistema.
Para ello, la estrategia promueve la cultura de la ciberseguridad fomentando la educación y concientización sobre las ciberamenazas y la prevención. Por último, con la estrategia Uruguay podrá desarrollar las capacidades técnicas y operativas para la prevención, detección, investigación y persecución de los ciberdelitos. Y podrá proteger las infraestructuras críticas de información para que el país funcione ante los posibles ciberataques.
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