¿Cómo inició su carrera en el ámbito de la seguridad corporativa y qué factores fueron clave en su desarrollo profesional?
Mi carrera en seguridad corporativa comenzó en el ámbito de protección civil, donde trabajé y me desarrollé durante varios años. En aquel entonces, en México no existía una educación formal en temas corporativos, lo que representaba un desafío. Sin embargo, un punto clave en mi crecimiento profesional fue formar parte de los primeros grupos mexicanos en obtener certificaciones internacionales, primero a través de la Fundación Internacional para Oficiales de Protección (IFPO, por sus siglas en inglés) y posteriormente en ASIS International.
Desde su experiencia, ¿cómo ha cambiado la presencia y el papel de la mujer en la seguridad corporativa en los últimos años?
Definitivamente, el papel de la mujer ha cambiado. Ahora vemos más mujeres en todos los niveles, cada vez hay más Chief Security Officers (CSO). Incluso podría decirse que en inteligencia y ciberseguridad estamos empezando a tomar roles de más liderazgo.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las mujeres en este sector y qué oportunidades considera que existen para fomentar su liderazgo?
Uno de los principales desafíos para las mujeres en seguridad corporativa es que las nuevas generaciones aún no consideran este sector como una opción atractiva de carrera. Es fundamental generar mayor difusión y conciencia sobre las oportunidades que ofrece, especialmente ahora que la seguridad cobra cada vez más importancia dentro de las empresas.
Además, la sororidad juega un papel clave en el crecimiento profesional de las mujeres. El apoyo entre quienes ya ocupan puestos de alta dirección y aquellas que están iniciando su trayectoria es esencial para impulsar el liderazgo femenino. Programas como el Mentoring de ASIS son una gran herramienta para fomentar el crecimiento y liderazgo.
¿Qué acciones cree que pueden impulsar una mayor inclusión y visibilidad de las mujeres en posiciones estratégicas dentro de la seguridad corporativa?
Establecer un plan de carrera y darle seguimiento, ser clara en tus metas con tu líder y tu familia. A veces las mujeres desarrollamos el síndrome del impostor y no nos creemos lo que realmente valemos. En ocasiones, nuestros líderes son los que impulsan nuestro desarrollo.
En su opinión, ¿qué valores o perspectivas aportan las mujeres a la gestión de la seguridad en las empresas?
En seguridad corporativa, las mujeres aportan valores fundamentales como el compromiso, el profesionalismo y una ética irreprochable. La capacidad de generar empatía, la escucha activa y una visión 360° nos permiten anticiparnos a riesgos, comprender mejor las necesidades de la organización y tomar decisiones estratégicas basadas en múltiples perspectivas.
¿Cuál es su consejo para las mujeres que aspiran a desarrollarse profesionalmente en el ámbito de la seguridad corporativa?
Mi consejo es que siempre se mantengan preparadas. La clave del éxito en este sector es la actualización constante, ya que día con día hay nuevos retos, tecnologías y estrategias que podemos aprender. También es importante contar con una red de apoyo, como mentores, colegas y espacios de consulta, ya que puede marcar la diferencia en el crecimiento profesional.