La seguridad corporativa ha pasado de ser un área operativa a ocupar un papel estratégico dentro de las organizaciones. Las empresas se enfrentan a riesgos crecientes derivados de la transformación digital, los nuevos modelos laborales, la crisis climática y el incremento de amenazas internas y externas.
En este reportaje abordamos los factores y las tendencias clave en seguridad corporativa para el periodo 2025-2030 a tenor de las opiniones de los directores de Seguridad consultados por Segurilatam.
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La seguridad corporativa, al alza
En los últimos años, la seguridad corporativa ha ganado peso en los órganos de decisión de las empresas. Su misión ya no se limita a la protección de activos físicos, sino que abarca la gestión integral del riesgo, el cumplimiento normativo y garantizar la continuidad operativa. Esta consolidación se debe a la necesidad de:
- Responder de forma ágil y eficaz ante amenazas multidimensionales.
- Aportar valor estratégico mediante análisis de inteligencia.
- Integrarse en los comités directivos y participar en la toma de decisiones.
En la actualidad, los directores de Seguridad son actores clave en la construcción de empresas más resilientes, sostenibles y tecnológicamente preparadas.
Factores y tendencias en el periodo 2025-2030
El entorno empresarial será más complejo, interconectado y cambiante. A continuación, exploramos los principales factores y tendencias que marcarán la actividad de las áreas de Seguridad Corporativa durante los próximos cinco años.
Inteligencia artificial y automatización en seguridad
El uso de IA y automatización permitirá anticipar riesgos y reducir tiempos de reacción ante incidentes. Entre las principales aplicaciones se incluyen:
- Modelos predictivos basados en datos para anticipar amenazas.
- Automatización de respuestas en ciberseguridad.
- Uso de drones y robots en vigilancia avanzada.
- Aplicación de sistemas biométricos para accesos seguros.
A su vez, los ciberdelincuentes también aprovecharán la IA y otros recursos tecnológicos, por lo que será indispensable prepararse para prevenir y enfrentar ataques cada vez más sofisticados y difíciles de detectar.
Ciberseguridad integrada y seguridad holística
La separación entre seguridad física y ciberseguridad es cosa del pasado. Las organizaciones adoptarán un enfoque más amplio e interconectado, que propiciará una respuesta más eficaz y coherente frente a incidentes, basado en:
- Una coordinación efectiva entre el CSO y el CISO.
- Un enfoque conjunto en la gestión de riesgos híbridos.
- Integración de sistemas físicos y digitales bajo un mismo paraguas estratégico.
Protección de datos y gobernanza de la información
En un entorno donde la información es uno de los activos más valiosos, su protección será crítica para evitar brechas de seguridad y pérdidas reputacionales. Al respecto, los profesionales consultados observan que la gobernanza de la información se convertirá en un eje transversal de la estrategia de seguridad y señalan los siguientes aspectos:
- Prioridad máxima a la protección de datos críticos.
- Coordinación entre seguridad y departamentos de TI.
- Uso responsable y seguro de tecnologías en la nube.
- Implementación de políticas de acceso y trazabilidad de datos.
Trabajo híbrido, movilidad y seguridad del IoT
El modelo híbrido de trabajo y la expansión del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) exigen repensar las medidas de seguridad. En este sentido, se requerirán políticas específicas y tecnología adaptada para proteger estos nuevos entornos y serán esenciales:
- Accesos seguros para empleados remotos.
- Protección de dispositivos móviles y conexiones inalámbricas.
- Seguridad específica para entornos IoT industriales y corporativos.
- Prevención de vulnerabilidades en redes conectadas.
Sostenibilidad y resiliencia empresarial
Asimismo, la seguridad sostenible, verde, ética y empática será una exigencia tanto por parte de los reguladores como de la sociedad. En relación a los factores y tendencias emergentes, los expertos hacen hincapié en:
- El diseño de infraestructuras de seguridad respetuosas con el medioambiente.
- La integración de criterios ESG (Environmental, Social and Governance) en los planes de seguridad.
- La preparación ante fenómenos climáticos extremos.
- La necesidad de enlazar sostenibilidad, reputación corporativa y continuidad operativa.
Profesionalización y formación continua
Frente a la escasez de perfiles especializados, se apostará por una mayor profesionalización y capacitación continua. Por ello, de cara a afrontar los desafíos de un entorno incierto mediante talento cualificado, se promoverán:
- Nuevas titulaciones universitarias específicas en seguridad.
- Formación constante en tecnologías emergentes.
- Desarrollo de habilidades analíticas y gestión de crisis.
- Incorporación de jóvenes profesionales con enfoque innovador.
Cumplimiento normativo y ética en la seguridad
La evolución tecnológica irá acompañada de una mayor presión regulatoria. El compliance en seguridad corporativa será ineludible para las organizaciones que quieran evitar sanciones y preservar su reputación. Y las empresas deberán adaptarse a un marco legal más exigente a través de:
- Creación de políticas de cumplimiento robustas.
- Transparencia en la gestión de riesgos y reportes.
- Uso ético de la IA y respeto a la privacidad.
- Trazabilidad y auditorías continuas.
Cooperación interorganizacional
La cooperación será imprescindible para abordar amenazas globales y sofisticadas. Las organizaciones fortalecerán su red de colaboración para anticiparse a riesgos compartidos y la inteligencia colectiva será una herramienta clave para la anticipación y la prevención. Y en el periodo 2025-2030 se verán iniciativas como:
- Alianzas entre empresas de diferentes sectores.
- Plataformas conjuntas de intercambio de inteligencia.
- Participación en consorcios y redes profesionales de seguridad.
En definitiva, la seguridad corporativa del futuro será tecnológica, proactiva, sostenible y centrada en el factor humano. Sólo aquellas organizaciones que integren estas tendencias y adopten una visión holística de la seguridad estarán preparadas para afrontar los desafíos del entorno 2025-2030.
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