“Iberdrola es una empresa de vanguardia y ello se ha reflejado en la seguridad corporativa”

-¿Cómo se estructura el departamento de Seguridad Corporativa de Iberdrola en México? ¿Qué importancia le concede a la convergencia de las seguridades física y lógica?

El departamento de Seguridad Corporativa de Iberdrola México cuenta con cinco pilares integrados: Inteligencia, Operaciones, Ciberseguridad, Sistemas de Seguridad y Administración. Estos pilares operan de forma coordinada y alineada al cien por cien con los objetivos del negocio y en constante comunicación con los tomadores de decisiones de la compañía.

Iberdrola se distingue por ser una empresa de vanguardia y ello se ha reflejado en la seguridad. En el último año, la empresa ha evolucionado en su visión de la seguridad, lo que ha obligado a la transformación del departamento.

Si bien es un proceso en constante mejora, el departamento ha transitado del concepto tradicional de seguridad, guardias y cámaras de CCTV a uno del siglo XXI en el que las áreas de Seguridad Corporativa son estratégicas en la generación de resiliencia ante amenazas diversas, como los ataques cibernéticos o los contextos políticos cambiantes y potencialmente adversos. Ello sin olvidar un creciente entorno de violencia con índices delictivos al alza.

El reconocimiento de la necesidad de un cambio de paradigma por parte de los directivos ha facilitado nuestra labor. Este rediseño comenzó con un proceso de conocer el negocio, su operación, sus preocupaciones y sus necesidades. Esto nos permitió un correcto entendimiento de la empresa y de sus objetivos. Al mismo tiempo, nos brindó un panorama muy claro de por dónde debíamos empezar.

Esa apertura a la seguridad nos ha demandado compromiso y profesionalidad para cumplir las expectativas. Además, el entorno delictivo del país tan diverso exige un alto nivel de conocimiento técnico, estratégico y táctico para atender las necesidades de una empresa con activos de alto valor. Se podría pensar que el desafío es inmenso, pero al equipo no le gusta pensar en retos, sino en oportunidades.

Lo cierto es que el entorno nos ha dado la oportunidad de innovar en materia de seguridad. Ahora partimos de un trabajo de inteligencia que soporta toda operación. Ello nos permite ser más eficientes a partir de un exhaustivo análisis de riesgos que brinda el fundamento de la seguridad física, los sistemas de información y la ciberseguridad.

Ahora, cada instalación tiene sistemas de seguridad que parten de una misma base pero que se robustecen según el entorno en el que operan, tanto en el ámbito de la seguridad como en el político y social.

“En Iberdrola México nos dimos cuenta de que necesitábamos desarrollar y fortalecer la cultura de seguridad a nivel organizacional”

-Hasta la aparición de la pandemia de coronavirus, ¿qué desafíos planteaban las sedes e infraestructuras de Iberdrola en México desde el punto de vista de la seguridad corporativa?

Justo en enero terminábamos los escenarios proyectados sobre seguridad para el año, los cuales indicaban que la situación se agravaría. Proyectábamos un deterioro constante y estable, esto es, una tendencia al alza de extorsiones, secuestros virtuales, robos, secuestros, homicidios y feminicidios. A pesar de ello, no estimábamos un reacomodo de fuerzas delictivas en el país.

El entorno advertido del alza de la inseguridad nos indicaba que, si bien había que avanzar en la actualización y mejora de los sistemas de seguridad, entendidos como el conjunto de medidas que se implementan para resguardar activos, el activo que observábamos con mayor riesgo era el humano.

Nos dimos cuenta de que necesitábamos desarrollar y fortalecer la cultura de seguridad a nivel organizacional. Ello nos llevó a diseñar cursos de seguridad para todo el personal. El objetivo era generar colaboradores más alertas, con una conciencia clara de que la mejor medida de seguridad siempre es la prevención y con conocimientos básicos que les permitieran advertir situaciones de potencial riesgo. Estos cursos los acompañamos con un panorama sobre la situación de México.

El 30% de la plantilla realizó el curso de seis horas de manera presencial, pero la llegada de la pandemia nos llevó a adaptarlo a una modalidad en línea de dos horas. Con ello, desde finales de abril hemos alcanzado al 80% de los colaboradores y nuestro compromiso es lograr que el 100% tenga esta capacitación. Y en cuanto la circunstancia lo permita, se reanudarán los cursos presenciales.

Adicional a esta iniciativa, hemos implementado lineamientos para la asignación de vehículos y escoltas para traslados en el país. Estos se basan en una matriz que conjunta el nivel de exposición que tiene el colaborador que viajará y el nivel de riesgo de seguridad de la zona o zonas que visitará. Esta herramienta nos ha permitido asignar el nivel correcto de seguridad en función del colaborador y de la zona de interés y utilizar mejor el presupuesto designado para esta labor.

“Si Iberdrola México lo necesitara, las fuerzas de seguridad en zona nos apoyarían en la medida de sus posibilidades”

-A raíz de la COVID-19, ¿qué medidas internas ha impulsado el departamento de Seguridad Corporativa de Iberdrola para garantizar la continuidad del negocio en México?

A partir de la pandemia, al advertir la magnitud que el evento tendría en la dinámica nacional, nos dimos a la tarea de reevaluar los escenarios que habíamos advertido. Y esto nos mostró un potencial panorama que requería un plan de seguridad escalable conforme la situación se deteriorase.

En primer lugar, identificamos las zonas en las que el nivel de riesgo aumentaría para las instalaciones, esto como resultado del incremento en la situación de violencia o diversificación de delito en la región.

En esto advertimos un potencial riesgo de que las instalaciones estuviesen expuestas a delitos que hasta ahora no eran parte de nuestra agenda de riesgos, como el cobro de piso. Si bien esto no se ha materializado, tenemos elementos de información de inteligencia que no nos permite descartarlo.

A pesar de ello, y hasta antes de la captura del líder del cartel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortiz El Marro, no estimábamos un reacomodo de fuerzas delictivas en el país. Con este evento es probable que la zona de Bajío sufra un reacomodo, pero es necesario observar el movimiento para ofrecer un diagnóstico correcto. Y, por supuesto, un ajuste o robustecimiento de nuestros sistemas de seguridad en zona.

En segundo lugar, identificamos que cualquier escenario futuro requería relaciones funcionales efectivas con autoridades de seguridad en los tres niveles de gobierno. Nos dimos a la tarea de vincularnos con las autoridades en zona de cada una de nuestras instalaciones para contar con su apoyo en caso de incidentes y colaborar en materia de seguridad. Esta ha sido una labor fructífera. Es posible afirmar que, si Iberdrola México lo necesitara, las fuerzas de seguridad en zona nos apoyarían en la medida de sus posibilidades.

Por otro lado, advertimos que el riesgo a los activos humanos detectado a finales de 2019 se agudizaría, lo que nos llevó a acelerar uno de los proyectos más ambiciosos del departamento: el sistema de Monitoreo, Alerta, Respuesta e Información (MARI) como eje de las labores de seguridad para proteger a sus colaboradores. Este sistema tiene la misión de brindar a los empleados una herramienta que les proporcione seguridad en sus traslados a lo largo del país, al mismo tiempo que incrementa la capacidad de seguridad corporativa para cuidarlos.

El sistema MARI tiene cuatro principales beneficios que resultan directamente de sus componentes: permite el monitoreo en tiempo real de la ubicación de nuestros colaboradores para respaldarlos en todos sus trayectos; en caso de enfrentar situaciones de riesgo, los colaboradores serán capaces de emitir alertas para solicitar apoyo; estas alertas activarán protocolos de respuesta diseñados para brindar una atención eficaz y eficiente a todos los empleados; y el sistema mantiene informados a nuestros colaboradores, en tiempo real, sobre eventos de potencial riesgo para poder evitarlos.

Este ambicioso proyecto ha requerido los esfuerzos de inteligencia para poder determinar las zonas de mayor riesgo del país, así como la información a notificar a los usuarios. Pero también requirió una gran labor de ciberseguridad para calibrar de forma correcta la herramienta para evitar vulnerabilidades del sistema y garantizar la protección de datos de los colaboradores.

Asimismo, se organizaron rondas de formación para todos los colaboradores. El objetivo era explicarles los beneficios, los alcances y las limitantes del sistema MARI. A finales de julio concluimos la tercera ronda de formación y logramos capacitar al 80% de la plantilla.

Si esto lo unimos a los cursos de seguridad impartidos, tenemos como resultado una empresa con colaboradores capaces de advertir y prevenir incidentes de riesgo, pero también equipados para que, en caso de emergencia, puedan pedir apoyo en tiempo real y, por supuesto, ser asistidos con el mayor profesionalismo.

Es necesario destacar que este sistema es único en México y también dentro del grupo Iberdrola. Y justo a esto me refería cuando hablaba de la oportunidad que el entorno mexicano brinda para innovar. Estas medidas difícilmente serían tan necesarias en otro entorno.