El número de ataques DDoS contra centros educativos de Asia, Europa y EEUU está creciendo a un ritmo de doble dígito. Así lo advierten desde Check Point después de llevar a cabo un análisis de ciberseguridad en distintas instituciones de enseñanza.
Ciberataques en julio y agosto
En el caso de Asia, los ciberataques aumentaron un 21% entre julio y agosto en comparación con los dos meses anteriores, mientras que el incremento en otros sectores fue del 3,5%. También en dicho periodo, Europa registró un 24% más de ciberataques semanales en el sector educativo, un porcentaje claramente superior al detectado en otras actividades –cuyo aumento fue del 9%–.
Y por lo que respecta a EEUU, presentó el mayor incremento de ciberataques relacionados con la educación. Concretamente, la media de incidentes semanales a sus centros educativos aumentó un 30% en julio y agosto, cuando las amenazas dirigidas contra el resto de sectores crecieron un 6,5%.
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Los estudiantes, blancos fáciles
Los ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) se han convertido en el principal método utilizado por los cibercriminales en EEUU. Su objetivo es interrumpir el funcionamiento de un servidor sobrecargando al objetivo o su infraestructura con una avalancha de flujo de tráfico de Internet.
Algo parecido sucede en Europa, donde los ataques DDoS pretenden adquirir información específica del sistema sobre un sitio web, incluida la distribución de software, los números de serie, etc. Al respecto, observan los expertos, cuanta más información conozca un cibercriminal sobre un sitio web, más fácil será comprometer el sistema.
Y en lo relativo a Asia, junto a los ataques DDoS se han detectado otros ejemplos de explotación de vulnerabilidades de seguridad como la ejecución de código remoto o la divulgación de información.
Según Omer Dembinsky, director de Inteligencia de Datos de Check Point, “la pandemia ha impuesto el teletrabajo, pero también ha cambiado la forma en la que se imparten las clases. Las cifras de ataques DDoS sorprenden y ponen de manifiesto que los estudiantes son blancos fáciles para los cibercriminales”.
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