Pasar del dinero en efectivo al pago electrónico es un desafío. Así lo manifestó Verónica Artola, gerente del Banco Central del Ecuador, en el transcurso de un foro virtual sobre consumo masivo y medios de pago en época de COVID.
Sobre el uso de dinero desde la irrupción de la pandemia, Artola señaló que la demanda de monedas y billetes se incrementó en los primeros meses, si bien posteriormente se redujo. En cuanto al sistema de pago por medios electrónicos, aumentó en septiembre, aunque sin llegar a alcanzar los niveles del año pasado.
Estrategia de inclusión financiera
Sobre la migración del dinero en efectivo al pago electrónico, destacó que el 49% de los ecuatorianos no tiene acceso al sistema financiero, lo cual dificulta la posibilidad de masificar el uso de medios de pago interbancarios. En el país, el promedio anual de pagos electrónicos por habitante (per cápita) es de apenas siete operaciones, frente a las 46 de Chile o las 135 de Brasil.
En Ecuador, reveló la gerente del Banco Central, la preferencia de la población por el dinero en efectivo es del 29%, mientras que en Chile es del 5%, en Brasil del 9% y en Colombia del 12%. Ante esta situación, la institución ha impulsado una estrategia de inclusión financiera con el objetivo de incentivar el uso de sistemas de pago por medios electrónicos.
¿Transmisor del coronavirus?
Otro de los factores que ha planteado la migración del efectivo al pago electrónico es la posibilidad de que el primero sea un agente transmisor del virus de la COVID-19. Al respecto, tal y como informó Segurilatam el pasado mes de junio, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como entidades financieras y de seguridad privada son concluyentes: no debe asociarse el manejo de dinero en efectivo con los contagios por coronavirus. Además, advierten que la disminución de su uso podría impactar negativamente en la sociedad.
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