La ciberseguridad no debe considerarse una cuestión baladí. Según un reciente estudio de McAfee y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), el cibercrimen le cuesta más de un billón de dólares a la economía global entre robos directos y costes ocultos.
En comparación con el informe de ciberseguridad realizado hace dos años, dicha cantidad supone un incremento significativo: en 2018, las pérdidas ocasionadas por el cibercrimen se estimaban en 600.000 millones de dólares. Un aumento, señalan los expertos, debido al empleo de técnicas más efectivas por parte de los cibercriminales. Y también a un mayor número de ataques de ransomware y phishing.
Daño económico y reputacional
Sobre cómo afecta el cibercrimen a las organizaciones, el estudio pone de manifiesto que el tiempo de inactividad es una experiencia común para casi dos tercios de las empresas que sufren incidentes de ciberseguridad. Y precisa que ese cese de actividad tuvo un coste medio de 762.231 dólares en 2019, así como la pérdida de unas nueve horas de trabajo a la semana.
Según el informe, la mayoría de las organizaciones tardó unas 19 horas en solventar el ciberincidente registrado. Y no solo eso: el 26% de las empresas ha reconocido que, más allá del coste económico, el tiempo de inactividad le causó un daño reputacional.
Planes: asignatura pendiente
Por otra parte, el estudio de McAfee y el CSIS observa que muchas empresas no son conscientes aún de los riesgos cibernéticos. De ahí que sean muy vulnerables, por ejemplo, a los ciberataques de ingeniería social que ponen el foco en el factor humano.
En este sentido, el 56% de las organizaciones admite no contar con un plan de ciberseguridad para prevenir y responder a las acciones del cibercrimen. Y de las que afirman tenerlo, solo el 32% confía en que el mismo es efectivo.
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