En materia de seguridad aeroportuaria, mucho se ha hablado últimamente sobre las medidas sanitarias de los aeropuertos. Como, por ejemplo, que se debe sancionar a quien no use el cubrebocas o no guarde la sana distancia. Lo cierto es que esta pandemia nos tomó desprevenidos a todos y en todos los ámbitos.
Tardamos meses en determinar que el uso de cubrebocas es un método eficaz para evitar el contagio. Y también la llamada sana distancia, las mamparas transparentes de los mostradores y otras medidas que van aumentando e implementándose conforme pasa el tiempo. Pero, por definición, estas medidas no forman parte del quehacer de los elementos encargados de la seguridad (security) de los aeropuertos. Entonces, ¿qué área debe ser la encargada de dicha labor?
¿Responsabilidad de quién?
Partamos del hecho de que estas medidas, y las que se implementen en el futuro, son de índole de sanidad. Así pues, debiera ser una responsabilidad de la autoridad de sanidad internacional o nacional, quien debiera estar a cargo de esta función y procurar los medios técnicos para su estricto cumplimiento. Y tal vez, en un acuerdo de colaboración, coadyuvar con ella para la implementación de los métodos y procedimientos recomendados por la autoridad sanitaria, sin que ello implique necesariamente que esta actividad se deba considerar parte de la seguridad del aeropuerto.
Ahora bien, en el supuesto de que se delegara la actividad de seguridad sanitaria a los concesionarios de los aeropuertos, la misma no es, ni puede ser parte, de la seguridad aeroportuaria, ya que no deriva de un acto de interferencia ilícita. Más bien, recae en el área de facilitación o de operaciones, ya que se trata de la implementación de un procedimiento de emergencia ante la pandemia declarada en marzo de 2020 y que todavía no se ha podido erradicar. Además, desafortunadamente, no se ve un camino próximo para acabar con ella.
No obstante lo anterior, tomando en cuenta las consecuencias que ya hemos sufrido en este medio con las afectaciones económicas alarmantes a nivel internacional en el sector aéreo, y considerando que no se vislumbra un futuro alentador en el mismo, estamos obligados a ser cada más creativos para trabajar de manera multidisciplinaria con los riesgos. El objetivo es que nuestro trabajo contribuya a reforzar la seguridad de los pasajeros y las instalaciones y/o bienes de los aeropuertos.
Un elemento que se encuentra trabajando en un punto de inspección, ahora también debe estar atendiendo las medidas de seguridad del aeropuerto y las de sanidad, que en algunos casos tienen mayor importancia que las propias inherentes a su puesto. Ello puede provocar errores en el momento de decidir entre seguridad o sanidad. Aun cuando ambas son importantes, la labor del guardia debe ser, y será siempre, evitar actos de interferencia ilícita en la aviación.
Seguridad aeroportuaria: en resumen
Entonces, ¿a quién le tocaría por ley implementar las medidas de sanidad en un aeropuerto? Desde luego, a la autoridad sanitaria, quien, a su vez, pudiera delegar dicha obligación en el personal de los aeropuertos.
Pero, de ser así, ¿qué área sería la adecuada para llevar a cabo dicha función? Desde luego, el área de operaciones debido al tema de facilitación de las instalaciones aeroportuarias. Esto no quiere decir que el área de seguridad aeroportuaria no pueda ayudar en el proceso siempre y cuando dicha actividad no se contraponga con lo establecido en los programas de seguridad o infiera en la comisión de un acto de interferencia ilícita por omisión o acción expresa de un procedimiento determinado.
