Han sido diseñados para proporcionar placer y forman parte del Internet de las Cosas (IoT). Nos referimos a los juguetes para adultos, cuyos fabricantes priorizan cuestiones como la funcionalidad, el aspecto y el precio. Sin embargo, en muchos casos, descuidan otras como la ciberseguridad. Algo que convierte a estos artículos en objeto de los ciberdelincuentes.
Juguetes para adultos y ciberseguridad
Al respecto, expertos en seguridad cibernética advierten que uno de cada cuatro ciberataques está dirigido contra dispositivos IoT. Y ello es así porque, como sucede con algunos juguetes para adultos, son fácilmente hackeables debido a sus bajos niveles de seguridad.
En este sentido, Ángela García Valdés, especialista en tecnologías de seguridad y técnico del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) de España, señala que “el principal riesgo del IoT es la vulnerabilidad de su seguridad y que los dispositivos quedan expuestos a accesos no autorizados”.
Por su parte, desde la firma S2 Grupo observan que los juguetes para adultos manejan información muy sensible e íntima que puede llegar a tener un gran impacto en la vida personal de los usuarios. Y como ejemplo, ha recordado que un ciberdelincuente solicitó un rescate a una persona tras hackear y bloquear el cinturón de castidad que estaba utilizando.
Entre los escenarios de ataque posibles, los expertos de ciberseguridad de ESET señalan que los ciberdelincuentes podrían ejecutar código malicioso en el dispositivo, interceptar comunicaciones, robar datos e incluso realizar un ataque de denegación de servicio.
¿Cómo conjugar placer y seguridad?
Con el objetivo de utilizar este tipo de dispositivos IoT con seguridad, García Valdés recomienda configurar correctamente la conexión. “Y, si es posible, crear una red separada para este tipo de juguetes, conectarlos solamente cuando se estén utilizando, usar contraseñas seguras, deshabilitar los protocolos que permiten que varios dispositivos se encuentren entre sí y eliminar periódicamente los registros y el historial”.
En cuanto a S2 Grupo, también insiste en la necesidad de crear contraseñas robustas. De igual modo, aconseja no utilizar redes wifi públicas y contrastar el compromiso del fabricante con la seguridad y la protección de datos. Y considerando que el ser humano es el eslabón más débil de la cadena de seguridad, tener sentido común y no compartir nada que pueda ser sensible o hacer daño si se expone de forma pública.
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