-¿Cuándo se puso en marcha la Comisión Federal de Electricidad (CFE)? En el ámbito de las infraestructuras estratégicas, ¿qué importancia tiene la compañía en la prestación de un servicio esencial como el suministro de energía eléctrica?
La CFE nació en 1937 fruto de un proceso de expropiación de la industria eléctrica que impulsó el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río. En la actualidad, la CFE es el principal proveedor de energía eléctrica de México y presta servicio en torno a 26,9 millones de clientes. Sin duda, se trata de la empresa más importante del sector eléctrico en Latinoamérica y su principal función es transmitir, distribuir y comercializar energía eléctrica tanto en el país como, si así se le solicita, en EEUU y Centroamérica.
-La primigenia Gerencia de Seguridad Física de la CFE se creó en 1994. ¿Cómo ha evolucionado desde entonces?
Efectivamente, la Gerencia de Seguridad Física nació en 1994 y la actual Subdirección, dependiente de la Dirección Corporativa de Operaciones, tiene 10 años, aproximadamente. Después de una serie de conflictos en el sureste de México que suponían una amenaza para la CFE, se decidió poner en marcha un cuerpo de seguridad física con el objetivo de preservar la integridad del capital humano y los activos de la empresa, de manera especial las instalaciones consideradas estratégicas.
Y desde entonces, claro está, hemos evolucionado. Contamos con un centro de adiestramiento donde se capacita a nuestro personal, que, además, participa en programas de certificación tanto nacionales como extranjeros a través de entidades públicas y privadas como la Gerencia de Seguridad Industrial o ASIS International. Lo que en un principio era un cuerpo de seguridad física de protección intramuros ha ido más allá con el fin de garantizar una seguridad integral en las infraestructuras. Actualmente, estamos presentes en más de 120 instalaciones de la CFE, de manera especial en las estratégicas –plantas de generación, subestaciones eléctricas de importancia vital para la operación de alguna zona urbana o industrial, etc.–, y en algunas de ellas compartimos las labores de protección con el Ejército o la Armada.
-Para llevar a cabo de forma efectiva su labor, ¿qué importancia le conceden a la tecnología en la Subdirección de Seguridad Física?
Como han podido comprobar en el vídeo que les he mostrado antes de comenzar la entrevista, estamos integrando todos los sistemas de seguridad en un solo control, algo lógico si se tiene en cuenta que las tecnologías avanzan y dependen unas de otras. Integramos sensores con cámaras, controles de accesos, etc. En definitiva, toda la tecnología de seguridad que está disponible en el mercado para elevar el nivel de protección de las instalaciones y, al mismo tiempo, ser más eficientes y eficaces.
-¿Cuáles son los principales desafíos y retos a los que debe hacer frente la CFE en materia de seguridad?
Nuestro principal desafío es contribuir a garantizar la seguridad en los centros de trabajo de la CFE y sus empresas subsidiarias y filiales, así como el normal funcionamiento de los diferentes procesos productivos, administrativos y logísticos. Y esto lo tenemos que hacer con todos los recursos disponibles, que no son muchos…
Dicho esto, me gustaría enfatizar que nosotros le damos la misma importancia a la protección de una planta de generación eléctrica que a la de unas oficinas, porque estas últimas también son infraestructuras estratégicas. Por lo tanto, hemos de coordinar y establecer sistemas de seguridad integral para prevenir, mitigar y disuadir el riesgo de amenazas que puedan generarse en el entorno social de cada una de las instalaciones, ya que una infraestructura que se encuentra en Michoacán es diferente a otra ubicada en Sonora. En función de las amenazas, realizamos una evaluación de seguridad y, a partir de ahí, trabajamos.
Una de las principales amenazas la representa la delincuencia común encargada de robar acero y cobre, de manera especial en las zonas urbanas. ¿Qué hemos hecho para combatirla? Diseñar un programa propio de seguimiento y control automatizado de patrullaje que nos ha permitido conocer en tiempo real qué está sucediendo en la zona, ser más eficientes en lo relativo a los recorridos y los tiempos de actuación de las patrullas y, muy importante, reducir los robos hasta en un 95 por ciento en comparación con 2012, año en el que más acciones delincuenciales se llevaron a cabo. Ahora, lógicamente, el objetivo es, al menos, lograr mantener los registros actuales y, a ser posible, intentar que continúen descendiendo las incidencias.
-¿Qué papel desempeña la seguridad privada en la protección de las instalaciones estratégicas? ¿Qué opinión le merece el sector?
En algunas instalaciones, la seguridad privada está centrada única y exclusivamente en la protección intramuros. Para intentar que la prestación de su servicio sea lo más profesional posible, nosotros hemos creado un anexo técnico para que las empresas subsidiarias y filiales de la CFE sepan cómo deben contratar y qué requisitos han de contemplar para intentar mejorar el nivel de las compañías de seguridad privada. Bajo mi punto de vista, no son muchas las que aportan valor agregado.
En este sentido, y respondiendo a su segunda pregunta, es necesaria una mayor profesionalización en el sector de la seguridad privada. ¿Cómo lograrlo? La única forma de conseguirlo es mediante una norma, y en México, en estos momentos, no existe ninguna que especifique qué características debe tener un guardia de seguridad, no hay escuelas de formación, nadie te certifica. Y mientras no haya esos filtros, no tendremos guardias de seguridad privada lo suficientemente eficientes.
“Le damos la misma importancia a una planta de generación eléctrica que a unas oficinas porque estas últimas también son estratégicas”
A través de los años, la experiencia de la CFE con el sector de la seguridad privada nos ha permitido el establecimiento de estrategias, políticas y certificaciones obligatorias aplicables a todos los organismos que resguardan las instalaciones de la compañía. Nuestro deseo es que, poco a poco, se vaya estandarizando la prestación de los servicios de las empresas de seguridad privada y que estas últimas sean más proactivas. De ahí la creación de ese anexo técnico al que hacía referencia.
-¿Sería necesario, pues, un nuevo marco normativo para regular el sector de la seguridad privada?
Lógicamente. Porque, por ejemplo, si echamos un vistazo a la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública vemos que sólo hay tres artículos (150, 151 y 152) que hacen referencia a los servicios de seguridad privada. Y si los leemos con atención, no hablan de obligaciones, de profesionalización, de hacer cosas necesarias… Y luego está el Grupo de Coordinación de Instalaciones Estratégicas (GCIE), un ente que no tiene facultades para sancionar. Y si realizas una actividad donde no hay sanciones, no pasa nada…
-¿Los operadores de infraestructuras estratégicas están lo suficientemente concienciados en materia de seguridad?
Sin duda, este es un tema delicado. Podría afirmarse que la alta dirección no invierte en seguridad porque parece un gasto, una carga financiera. Yo diría que son muy pocas las empresas que de verdad invierten en seguridad. Desgraciadamente, la seguridad no se valora, está mal pagada. Pero es obvio que se necesita. Y en el ámbito corporativo también se da otro problema: hay vendedores de tecnología de seguridad que abusan y compradores que ignoran qué están adquiriendo.
-¿Qué queda por hacer en materia de protección de infraestructuras estratégicas? ¿En qué aspectos se debería avanzar?
Sería conveniente implementar y desarrollar una cultura de seguridad física, porque, lamentablemente, cuenta con pocos apoyos. En cuanto al GCIE, sus atribuciones son limitadas al no ser un ente sancionador con capacidad de establecer normas y unificar criterios. Por lo tanto, hablamos de un ámbito con mucho trabajo por delante. Entre otras iniciativas, algunos profesionales opinamos que sería muy interesante impulsar un cuerpo de seguridad física exclusivo para la protección de las instalaciones estratégicas, ya que nuestros recursos son limitados.
-Aunque la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Ley de Seguridad Interior hacen referencia a las instalaciones estratégicas, ¿cree que debería elaborarse una norma específica sobre la protección de este tipo de infraestructuras en México?
En las dos normas que han citado se define la actuación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública en México y se especifica en qué situaciones pueden contribuir los militares a reforzar la seguridad de las instalaciones estratégicas. Pero, sí, es necesaria la elaboración de una ley que unifique los criterios en materia de protección.
Ahora mismo, tenemos claro que las instalaciones estratégicas se clasifican en tres grupos: A, AA y AAA. Eso está bien especificado. Pero, insisto, no se han establecido los criterios, las normas ni los medios básicos en función de esa clasificación. Y eso es un problema. Entonces, es obvio que hay que ponerse a trabajar en una ley específica.
“Una de las principales amenazas la representa la delincuencia común encargada de robar acero y cobre, de manera especial en zonas urbanas”
-Como su propio nombre indica, la Subdirección está especializada en seguridad física. Pero, ¿quién se ocupa de prevenir posibles ciberataques a las instalaciones estratégicas de la CFE?
Contamos con un área de tecnologías de la información, que depende directamente de la Dirección de Administración, entre cuyas responsabilidades se encuentra establecer las políticas de ciberseguridad. Se trata de un departamento muy activo que se mantiene constantemente actualizado gracias a convenios con universidades, empresas o instituciones.
-Y en el caso de la Subdirección de Seguridad Física, ¿con qué entidades u organismos colabora con el objetivo de intercambiar información e incrementar sus conocimientos para proteger más eficazmente las infraestructuras estratégicas de la CFE?
Llevamos a cabo reuniones periódicas con todas las áreas a las que proporcionamos seguridad y colaboramos con todas las empresas vinculadas a la CFE. Y hemos suscrito acuerdos con las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina para reforzar la seguridad en las instalaciones y en las líneas de alta tensión. Asimismo, dentro del GCIE, en el que estamos integrados, existe un abundante intercambio de información. Y, como he comentado anteriormente, llevamos a cabo programas de capacitación con entidades públicas y privadas como la Gerencia de Seguridad Industrial o ASIS International.
