-¿Cuáles son sus responsabilidades como comandante de la Cuarta Región Naval de la Armada de México? ¿Cuántas áreas e instalaciones estratégicas marítimas están bajo su protección?
La responsabilidad del comandante de la Cuarta Región Naval, con sede en el puerto de Guaymas (Sonora), consiste en planear, coordinar, ejecutar y supervisar las operaciones navales, coordinando su apoyo logístico, para preservar el estado de derecho en la mar en su teatro de operaciones. Este contiene, principalmente, las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), así como las portuarias de Mazatlán y de Guaymas.
Bajo ese esquema se cubre un área jurisdiccional que incluye los estados de Sonora y Sinaloa y que se extiende a lo largo de 1.472 kilómetros de litoral –el 16,5% de las costas mexicanas– y una superficie marítima de 263.000 kilómetros cuadrados. Además, incluye 990 islas, 13 arrecifes, 300 estuarios y humedales, que, con sus múltiples bahías, esteros, zonas de manglares y marismas, representan un escenario complejo para su vigilancia y control.
-Exactamente, ¿qué tipo de actuaciones llevan a cabo en su comandancia para garantizar la protección marítima en las áreas e instalaciones estratégicas de su competencia?
Principalmente, ejecutamos operaciones navales en el rubro de guardia costera. Es decir, actuaciones realizadas por los mandos navales subordinados para coadyuvar en el mantenimiento del estado de derecho y la seguridad interior y combatir las actividades ilícitas mediante la disuasión y la aplicación de las leyes. Dentro de este tipo de operaciones consideramos las destinadas a salvaguardar la vida humana en el ámbito marítimo, ayudar a la población civil en casos y zonas de desastre, contribuir al adiestramiento y apoyar la investigación y sostenibilidad del entorno ecológico.
-De cara a cumplir su cometido con la mayor eficacia, ¿con qué medios cuenta la Cuarta Región Naval?
La jurisdicción naval tiene a su mando un promedio de 4.400 elementos, de los cuales el 86% son hombres y el 14% restante mujeres. Además, contamos con dos flotillas y 17 unidades de superficie, cinco estaciones de búsqueda y rescate y vigilancia marítima con 10 embarcaciones Defender, una base aeronaval con 14 aeronaves, cuatro batallones de infantería, establecimientos de apoyo logístico, hospitales en Guaymas y Mazatlán, sanatorios en Puerto Peñasco y Topolobampo y dos astilleros en Guaymas.
-¿Cómo contribuye la Armada de México a reforzar las áreas e instalaciones estratégicas marítimas? ¿Cuál es su papel en la protección de dichas infraestructuras?
En el caso de la Cuarta Región Naval, tiene como misión principal ofrecer protección, seguridad y vigilancia, tareas que se conjugan con los procedimientos y capacidades de las propias instalaciones para satisfacer los requerimientos de seguridad en sus dos acepciones: safety y security. En este sentido, como autoridad marítima y bajo un esquema de corresponsabilidad, se implementan sendos procedimientos para reforzar su seguridad y protección, orientando, regulando y coadyuvando en la responsabilidad intrínseca de la instalación estratégica: su seguridad interna. Simultáneamente, para asegurar un nivel de protección más puntual, contamos con las capacidades de las fuerzas amigas del Ejército y la Fuerza Aérea, con quienes se contemplan planes de seguridad.
-¿Cuáles son los principales desafíos que representan las áreas e instalaciones estratégicas marítimas en su región en materia de seguridad?
Actualmente, la Cuarta Región Naval está apoyando a las instituciones de seguridad pública de los tres niveles de gobierno para enfrentar las amenazas identificadas en el área: el narcotráfico, la pesca ilegal y la trata de personas. En el caso de las instalaciones estratégicas, el robo de hidrocarburos es un fenómeno emergente en estas latitudes.
Desafortunadamente, al enfrentar estas amenazas surge un denominador común, la corrupción, que dificulta un esquema operativo multidisciplinar de corresponsabilidad transparente.
“El narcotráfico, la pesca ilegal, la trata de personas o el robo de hidrocarburos son algunos de los principales desafíos en nuestra región”
-¿Cómo valora la incorporación de las capitanías de puerto a la estructura de la Secretaría de Marina (SEMAR)?
Sin lugar a dudas, es un acierto institucional, ya que podremos acceder a un mejor control estratégico en estas áreas, garantizando mayor seguridad a través de un proceso administrativo más fluido, respaldando las tareas de las capitanías de puerto y evitando prácticas de corrupción que vulneran la seguridad portuaria.
Para garantizar que se cumpla con la legislación aplicable en la materia, la autoridad marítima nacional requiere del binomio que integra las atribuciones de las capitanías de puerto y los medios con los que la SEMAR ejerce las funciones de guardia costera.
Se espera un mejor control portuario que regule y supervise las vías generales de comunicación y que las embarcaciones que zarpen o arriben a puerto observen las normas aplicables en materia de seguridad en la navegación y la vida humana en la mar, la prevención de la contaminación marina y aquellas normas que establezcan los tratados internacionales.
-¿Cómo es capaz de gestionar la SEMAR tantas unidades administrativas nuevas?
La SEMAR ejerce de autoridad marítima nacional desde el 17 de junio de 2017. Y dicha función la realiza a través del binomio integrado por las capitanías de puerto del país y de las unidades de la Armada de México en funciones de guardia costera. Esto demanda una estrecha coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Trasportes (SCT), ya que ambas secretarías son autoridades en materia de marina mercante, incluyendo la representación del país en el cumplimiento de instrumentos internacionales.
La SEMAR requiere de un proceso de inducción mutua en el que el personal naval se involucre administrativamente y la capitanía de puerto reconozca los recursos materiales y humanos que le darán la certidumbre legal y la seguridad para imponer las normas que la legislación contempla.
-Sin duda, la Armada juega un papel esencial en la protección del ámbito marítimo mexicano. Sin embargo, al ser las plataformas marinas de propiedad privada, ¿no cree que debería ser esta última quien cuente con sus propios sistemas de seguridad?
Su planteamiento es muy certero. Pero recurro nuevamente a los conceptos de seguridad que cada ente debe propiciar y observar. La seguridad, entendida como safety, es responsabilidad de la empresa y la SEMAR vigila la norma con la que se lleva a cabo y la apoya orientando al personal en su aplicación y observancia.
Al mismo tiempo, la security de la instalación en el entorno estratégico, al ubicarse en el área de responsabilidad del Estado, nos señala nuestra misión: ofrecer seguridad, protección y vigilancia para materializar el concepto sucinto de seguridad como una ausencia de amenazas que le permita desarrollar su potencial. Llegamos así a la generación de una simbiosis estratégica en la que nuestra interacción siempre será ganar y ganar.
El nuevo Gobierno de la República se ha propuesto transformar México en una plataforma logística global. Este proyecto representa un importante crecimiento económico que demanda, a la par, el fortalecimiento de la seguridad y la protección tanto en las aguas de jurisdicción nacional como en las operaciones portuarias. De ahí que, desde hace tiempo, México invierta en la infraestructura portuaria con puertos más modernos y eficientes que representan un polo de desarrollo marítimo.
“La SEMAR y la Armada coadyuvan a generar las condiciones de seguridad que propicien el desarrollo social, económico y político de México”
-Tradicionalmente, la protección de las áreas e instalaciones estratégicas marítimas se ha basado en la seguridad física, pero, actualmente, su normal desarrollo también puede ser alterado debido, por ejemplo, a un ciberataque. Al respecto, ¿qué políticas de ciberseguridad se llevan a cabo en las áreas e instalaciones estratégicas marítimas? ¿Quiénes se encargan de implementarlas?
La SEMAR cuenta con la Unidad de Ciberseguridad (Uniciber), cuya misión es la de planear, conducir y ejecutar actividades de seguridad de la información, ciberseguridad y ciberdefensa para la protección de la infraestructura crítica de la Secretaría de Marina y la Armada.
Las políticas establecidas coadyuvan con el esfuerzo nacional para mantener la integridad, el fortalecimiento y la estabilidad del Estado bajo un programa permanente de mejora de infraestructura, sistemas, equipos y capacitación del personal con el objetivo de perfeccionar el seguimiento de las operaciones que realiza la institución, por sí sola, y para coadyuvar con las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Hablamos de las tareas a cargo del Estado Mayor General de la Armada a través de la Unidad de Mando y Control, de una sala de Inteligencia Marítima y Portuaria para coordinar acciones como autoridad marítima con las capitanías de puerto y las Unidades Navales de Protección Portuaria (Unaprop) y de una sala de Ciberseguridad para incorporar la dimensión del ciberespacio al panorama operacional de la institución.
-¿Cuál es el grado de colaboración público-privada existente en México para proteger las áreas e instalaciones estratégicas marítimas? ¿Qué papel desempeña la seguridad privada en su protección?
Básicamente, la SEMAR enfoca sus esfuerzos institucionales a través de convenios entre los sectores público y privado, por lo que estamos comprometidos con diversas actividades de coordinación y cooperación interinstitucional para atender, entre otras, instalaciones estratégicas como las de la CFE y Pemex. La seguridad privada que pudieran tener algunas instalaciones se concentra únicamente en el interior de las mismas y la coordinación estratégica es llevada a cabo por la SEMAR.
-¿Cómo cree que debería ser la relación de su institución con la seguridad privada para establecer estrategias o regulaciones en materia de seguridad?
Toda vez que la Armada de México es el único instrumento con el que cuenta el Estado para llevar a cabo tareas de protección, seguridad, vigilancia marítima y servicio de guardia costera, es necesario e imperativo que dicha relación sea estrecha. Pero en un marco de corresponsabilidad y sobre la base de que el Estado es el rector que genera las políticas y los cursos de acción ajustados a la legislación nacional y que, primordialmente, se orientan al intercambio de información, capacitación y cooperación interinstitucional que nos permita prevenir, enfrentar y resolver los factores emergentes que puedan evolucionar a una amenaza para la seguridad de la planta productiva, del entorno marítimo y de los intereses nacionales; es decir, de la seguridad nacional.
-Desde el ámbito público, ¿qué avances se han producido en México en los últimos años en lo relativo a la protección de las áreas y las instalaciones estratégicas marítimas? En este sentido, ¿está satisfecho o queda camino por recorrer?
En el ámbito de sus competencias, la Secretaría de Marina y la Armada de México, como una institución militar de carácter permanente, coadyuvan a generar las condiciones de seguridad que propicien el desarrollo social, económico y político del país.
Con el fin de fortalecer la capacidad de respuesta operativa, se suscriben acuerdos nacionales e internacionales y se alienta la capacitación y el entrenamiento del personal y la modernización del equipamiento y la infraestructura para garantizar la protección de los intereses marítimos nacionales, optimizando las operaciones de vigilancia y control naval de tráfico marítimo.
Los resultados a nivel institucional son favorables, en el sentido de que se han incrementado las operaciones terrestres a lo largo de los litorales nacionales e incluso se ha ampliado la capacidad de operar en áreas mediterráneas en apoyo a la estrategia de seguridad implementada por el Gobierno federal, sin descuidar la vigilancia en las costas y los litorales nacionales. Desde luego, el camino es largo. Debemos romper muchas inercias matizadas por la corrupción y diseñar políticas transparentes con indicadores que reflejen el desempeño de los actores que las implementen.
“Al afrontar las amenazas, la corrupción dificulta un esquema operativo multidisciplinar de corresponsabilidad transparente”
-En el caso de la reforma energética, ¿qué desafíos plantea en materia de seguridad?
Como un órgano institucional, la SEMAR, y por lo tanto la Armada de México, es garante escrupulosa de la ley. Los resultados de la aplicación de la reforma energética habrán de considerar la legislación nacional y la rectoría del Estado, de donde se derivan las funciones destinadas a fortalecer dicha rectoría coadyuvando con las autoridades y brindando la seguridad, la protección y la vigilancia que demandan dichas áreas estratégicas.
-¿Cuál es su opinión sobre los nuevos actores del sector energético?
Los actores del sector energético se encuentran interesados en la información útil para sus negocios. Están incursionando en un escenario nacional que se verá beneficiado en la medida que el Estado tenga la capacidad de ejercer su hegemonía en términos de mantenimiento de los niveles de seguridad que se requiere en esas áreas para que la industria que representan se desarrolle y cumpla sus objetivos.
La responsabilidad del Estado, a través de la Armada de México, se verá reflejada en la coordinación multidisciplinar que tendría como eje rector la legislación nacional para coordinar la estrategia de seguridad que ofrezca protección y vigilancia al conjunto de las instalaciones. Se entiende que en el contexto de seguridad, a la Armada de México le correspondería la security y coordinaría la protección y la vigilancia.
-Bajo su punto de vista, ¿el desarrollo de una ley específica sobre protección de áreas e instalaciones estratégicas de distintos sectores (marítimo, energético, sanitario, financiero, etc.) contribuiría a reforzar su seguridad?
Nuestro país cuenta con suficientes leyes para catalizar estos procesos con una guía de carácter internacional que obedezca a los requerimientos legales aceptados por la comunidad de los estados participantes. Un punto importante es verificar y supervisar que en realidad se cumplan y se fortalezca un verdadero estado de derecho. Asimismo, para aquellos casos donde se requiera, es importante adecuar las leyes y los reglamentos al entorno actual que caracteriza al nuevo orden mundial, adecuación regulada por la autoridad nacional mexicana.
-Para finalizar, ¿desea transmitir algún mensaje a los lectores de Segurilatam?
Con mucho gusto, acepto la oportunidad que me brindan desde Segurilatam. Solamente me resta comentar que la SEMAR-Armada de México es la única institución del Estado que tiene responsabilidades de seguridad en el ambiente marino, complejo, interesante, cambiante, fuente de riqueza y bienestar. Pero, al mismo tiempo, expuesto a un sinnúmero de factores que puede derivar en riesgos y amenazas para nuestro crecimiento y desarrollo en los ámbitos social, económico y militar, así como para nuestra permanencia como sociedad democrática.
En este sentido, el sincretismo sociocultural mexicano, reflejado en nuestra estructura naval, es un elemento fundamental en esta nueva etapa que emprende México para dar continuidad a nuestro proyecto de nación. Un proyecto en el que el fortalecimiento, el crecimiento y el desarrollo de nuestro poder marítimo habrán de ser garantes de las instituciones para generar las condiciones de seguridad que requiere la sociedad mexicana y garantizar que se propicie el desarrollo económico correspondiente.