Al hablar de drones es importante observar que, aunque en un momento dado es posible rastrear el desarrollo y las aplicaciones de aeronaves no tripuladas hasta la I Guerra Mundial, los últimos 10 años han sido vertiginosos para este tipo de tecnología.
Fundamentales en este paso veloz han sido desarrollos paralelos en fuentes de energía de alta eficiencia respecto a su peso (de combustión, baterías eléctricas e híbridas), microprocesadores y comunicadores que, combinados, permiten vuelos estables, controlados y repetibles. Por otro lado, el acceso y precisión de tecnologías de posicionamiento global (GPS, Glonass, Galileo y otras).
Combinados los anteriores, hay ahora disponibles en el mercado una gran variedad de equipos cuyos pesos empiezan en solo unos gramos y que tienen aplicaciones en sectores como seguridad, inspección de infraestructuras críticas y afines.
Baja altura
En este escenario, harán impacto notorio dos conceptos: las bases de despliegue remoto y las unidades de conexión desde tierra. Y el habilitador principal será el 5G: considerando el gran ancho de banda y la baja latencia, se perfila como el medio de conexión para toda operación de baja altura.
Tomado como parámetro el vuelo de baja altura, que en el mundo se determina por los 400 pies sobre el terreno, se estaría accediendo a un porcentaje muy alto del total de drones activos. Solo se excluirían los de especialidad y los militares que operan bajo reglas diferentes.
En ese espacio de baja altura está la cobertura de las redes móviles. Por ejemplo, hemos enviado en vivo el vídeo de un vuelo hasta un centro de control por medio de un canal de YouTube desde el smartphone de control. Verizon y Anafi en EEUU son los primeros que han dado el paso siguiente: el dron lleva una SIM card a bordo y se conecta en directo a la red, danto una total independencia a la ubicación del operador.
Redes 4G/5G
Las redes 4G/5G tienen una inmensa aplicación para la transmisión en vivo de la información que los sensores de un dron estén generando, permitiendo almacenamiento, proceso y evaluación en línea. Esta aplicación es de alto valor en seguridad para casos como protección perimetral, respuesta a amenazas, apoyo a guardias y más. Para las empresas del sector, tener drones conectados que generen información que se transmita a su centro de control sería un elemento de valor agregado y oportunidad.
En este escenario, el dron puede considerarse un elemento remoto de recolección de datos que está conectado a una red. Y aunque no esté activo de forma permanente puede considerarse Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Para un Carrier aparecen oportunidades de conectividad y almacenamiento, con planes de datos a la medida y servicios de nube.
Asimismo, se puede tener una aplicación en el móvil que lleve la cuenta del uso de baterías o el tiempo de vuelo e incluso verificar si es un espacio aéreo abierto, segregado o restringido. Esta información es básica para la planeación y el control de operaciones comerciales.
Otras ventajas de operar drones en ambientes 4G/5G es la posibilidad de enlazar directamente a Internet para llevar la información a varios puntos de destino. Como, por ejemplo, en el caso de atención a desastres –a defensa civil, policía y otros–. Y la posibilidad de controlar en simultáneo varios drones o una flota de drones, de forma tal que sea visible para todos los operadores la presencia y evolución del vuelo de los demás presentes en la zona.
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Si deseas leer el artículo completo de Rafael Antonio Padilla, presidente del Colombia Chapter de la World UAV Federation, lo encontrarás en el número 19 de Segurilatam.