En un mundo donde los riesgos se multiplican de manera exponencial, es necesario crear y divulgar una cultura de resiliencia que nos capacite y garantice ser capaces de superarlos tanto en el ámbito personal como en el de las infraestructuras, la información o los servicios prestados.
Y no sólo en el ámbito de nuestras organizaciones, públicas o privadas, y en el de las personas que las componen, sino en todo el ecosistema que se forma en la cadena de suministro. De esta forma, aseguraremos que todos los eslabones sean fuertes y estén alineados y sincronizados para prevenir, proteger, responder e intervenir, en caso de necesidad, ante los eventos que puedan acaecer y afectar a la continuidad de los servicios, a las propias personas, a los intereses del negocio e incluso a nuestra reputación y credibilidad.
Cultura de resiliencia
Es por ello que, en 2007, algunos actores del sector financiero y de los propios reguladores decidieron poner en marcha el Consorcio Español de Continuidad de Negocio (CECON). Este think tank nació con reglas de tipo cooperativo bajo un círculo de confianza con el objetivo de que sus participantes intercambiasen necesidades y experiencias con el fin de promover la cultura y mejores prácticas de continuidad de negocio y gestión de crisis y emergencias.
Y también con la sana intención de impulsar instrumentos como el Instituto de Continuidad de Negocio (ICON), conocido por la marca Continuam, y este último, a su vez, otros complementarios como el Observatorio de Seguridad Integral, Gestión de Emergencias y Continuidad Operativa (SIGECO).
Pero, lejos de quedarnos ahí, deseamos posicionar a España como centro de excelencia en esta materia que nos ocupa. Y fomentar la creación de una futura federación de continuidad de negocio de países latinoamericanos donde poder compartir y aprender todos de todos, extrayendo las mejores conclusiones en pro de la eficacia y la eficiencia.
Deseamos fomentar la creación de una futura federación de continuidad de negocio de países latinoamericanos donde poder compartir y aprender todos de todos
Ello posibilitará crear una cultura de resiliencia que permita superar los impactos y las consecuencias de eventos como los acaecidos el 11-S en Nueva York (EEUU), el 11-M en Madrid (España) o el 7-J en Londres (Reino Unido). Sin olvidar el ciberterrorismo y tantos otros fenómenos naturales o actos intencionados que puedan poner en peligro la supervivencia de nuestros servicios, personas o información.
En el caso de América Latina, hemos entablado conversaciones con profesionales de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, México y Perú para crear una federación de continuidad de negocio y gestión de crisis y emergencias que permita implantar la resiliencia en las organizaciones y en los servicios que se prestan al ecosistema, así como fomentar una cooperación público-privada basada en cuatro pilares: prevención, seguridad integral, gestión de crisis y emergencias y, por último, continuidad operativa.
Un reto apasionante
Está siendo un reto apasionante pero alcanzable con el esfuerzo, la dedicación y el apoyo de todos y una actitud que nos va a permitir aprender y aplicar lo aprendido en pro de un mundo más seguro y sostenible. Un mundo donde desarrollarnos y defendernos de los riesgos, avatares, eventos, impactos y sus consecuencias, marcando metas y objetivos concretos y ambiciosos que posibiliten transformar la cultura y los instrumentos para lograr esa resiliencia tanto en las personas como en las infraestructuras, los procesos y servicios y la información y las aplicaciones que la tratan.
Pensando en las futuras generaciones, hemos de trabajar para que su mundo, cada vez más complejo, siga siendo un hogar seguro. Para ello, debemos promover el cumplimiento de las metas y objetivos, mostrar compromiso y apoyo y dar ejemplo con nuestro comportamiento y tesón. En este fuerzo serán muy importantes los valores y no olvidar el sentido común, lo razonable y lo proporcional.
Animo a los estamentos públicos y privados a sumarse a este reto desde la voluntad férrea, el valor absoluto y una vocación inconmensurable de servicio a la sociedad y a nuestros respectivos países.
