-La Confederación Nacional del Gremio de Vigilancia Privada (Confevip) es una confederación de reciente creación. ¿Qué motivó su puesta en marcha?
Básicamente, el aislamiento de los empresarios del sector fue lo que nos llevó a fundar Confevip. Consideramos que actúan por su cuenta y que transmiten individualmente sus inquietudes a los diferentes entes de control del Estado, en lugar de hacerlo a través de un hilo conductor como una confederación o una asociación.
El objetivo de Confevip es que un empresario de vigilancia privada siempre tenga el apoyo de una entidad que le brinde unos servicios de capacitación y bienestar para sus empleados, que le ayude a generar buenas prácticas en el mercado de la seguridad, que se encargue de asesorarle en el día a día en lo relativo a la organización administrativa, jurídica y contable de su empresa y que sea un interlocutor válido ante el Gobierno y las diferentes instancias públicas. En definitiva, la confederación que los empresarios del sector se sientan apoyados, respaldados.
-El presidente Iván Duque designó a Guillermo Botero como ministro de Defensa. Tras el cambio de gobierno, ¿cuáles son las expectativas del sector de la seguridad privada?
Tanto el presidente Iván Duque como el ministro Guillermo Botero conocen el sector. Así que, en ese sentido, estamos muy contentos. Por dicho motivo, deseamos tender un puente de comunicación al más alto nivel para que nuestro sector sea un referente en Colombia y también un clúster de prestación de servicios a nivel internacional. En Argentina, Chile o México reconocen que, en materia de vigilancia y seguridad privada, Colombia es un referente en Latinoamérica. Y con la ayuda del Gobierno confiamos en convertirnos en una industria con mucho futuro y en un baluarte para la economía colombiana.
-El Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada data de 1994. Bajo su punto de vista, ¿debería ser objeto de algunos cambios?
Sí, pero para mejorar, no para retroceder. El Estado debe ser consciente de que el sector de la seguridad privada ya tiene una mayoría de edad. El principio fundamental de las relaciones con el Estado es la confianza y creo que nuestro sector ha generado suficiente. Por lo tanto, un nuevo Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada, en lugar de cortarnos las alas, tendría que servirnos de apoyo para poner en práctica todo lo que está desarrollando el mercado de la seguridad. Hablo de drones, nuevas tecnologías, servicios de seguridad informática…
Ese es el futuro de la seguridad. Reclamamos una ley positiva, moderna, ágil y en sintonía con la actualidad que permita desarrollarnos y generar propuestas al Gobierno y a la sociedad, la economía y la industria colombianas.
“El actual superintendente, Fernando Martínez Bravo, propicia el diálogo y permite que sus vigilados expresen su opinión”
-En Colombia, la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada es la encargada de controlar, inspeccionar y vigilar tanto la industria como los servicios de vigilancia y seguridad privada. Hasta el momento ¿Cómo ha sido la relación entre el citado organismo y Confevip?
Muy buena. Y ello es así porque el actual superintendente, Fernando Martínez Bravo, propicia el diálogo y permite que sus vigilados expresen su opinión. Sin duda, se trata de una postura muy acertada, algo que no ha sucedido en el pasado con otros superintendentes.
Como he comentado anteriormente, las relaciones se construyen a partir de la confianza. Y también de la continuidad de las políticas. Por ello, necesitamos un superintendente estable que conozca el sector y que permita que evolucione. Fernando Martínez Bravo está interpretando los anhelos de los empresarios y llevando a cabo un trabajo ético y muy profesional. Cuenta con todo nuestro apoyo y deseamos que tenga continuidad en el cargo.
-En 2017, la facturación de las empresas de vigilancia y seguridad privada experimentó un notable crecimiento. ¿En 2018 será igual?
El año pasado, mientras el conjunto de la economía colombiana decrecía, el sector de la vigilancia y seguridad privada experimentó un crecimiento del 8%. Eso demuestra que la nuestra es una actividad vigorosa. Pero necesitamos seguridad jurídica para contribuir más a la generación de empleo y al desarrollo del país. En 2018 confiamos en experimentar buenos resultados a pesar de que un periodo electoral suele generar un letargo económico.
-¿Está a favor de que se permita la inversión extranjera en empresas del sector?
Con este tema soy muy crítico. En primer lugar, porque la inversión extranjera desea llegar a Colombia sin reciprocidad. Y eso no debe ser así. Por ejemplo, no puede ser que la legislación europea no nos autorice a invertir en España. Y después, en nuestro país no queremos inversiones de portafolio, que lleguen empresas de fuera a hacerse con el mercado. Si vienen, que lo hagan en igualdad de condiciones.
“El sector reclama una ley positiva, moderna, ágil y en sintonía con la actualidad que le permita desarrollarse”
-Dentro del sector de la seguridad privada, ¿cómo se encuentra Colombia en materia de competencia desleal?
Desgraciadamente, existe competencia desleal. Para combatirla, le hemos propuesto a la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada que firme un convenio con la Superintendencia de Industria y Comercio para garantizar los procesos licitatorios. Además, jurídica y legalmente es la responsable de defender la competencia en los distintos sectores. Con dicho convenio, reforzaríamos nuestro posicionamiento y transmitiríamos trasparencia a los clientes. Es necesario un marco idóneo para identificar a las empresas que operan irregularmente y combatir la competencia desleal.
-¿Cuál es el grado de colaboración existente en Colombia entre la seguridad privada y la seguridad pública para reducir los índices delictivos en el país?
Nos gustaría que existiese una alianza público-privada de seguridad, poder colaborar con la Policía Nacional y los entes del Estado. Y que nos permitiese participar en las denuncias, las capturas y las recompensas. Queremos que se recuperen las redes de apoyo, que los policías y los vigilantes puedan patrullar conjuntamente, que haya una colaboración. Nuestro sector tiene cámaras, radios de comunicación, patrullas, armamento… Somos la quinta fuerza armada del país. Y todos esos recursos debe aprovecharlos el Estado dándonos la relevancia y la importancia que merecemos. Una alianza público-privada colaborativa redundaría en una mayor seguridad para los ciudadanos.
-A mediados de noviembre, Confevip organizará un congreso. ¿Qué temas se abordarán en él?
Queremos ser un referente del futuro de la seguridad. Por ello, en el congreso se hablará de innovación, de tecnología y de los raíles sobre los que circulará el tren de la seguridad del mañana. Asimismo, será un foro de discusión en el que se tratarán cuestiones como la delincuencia o los dilemas éticos de los empresarios del sector. El objetivo será generar doctrina.