Desde 2012, cada 5 de octubre se celebra el Día Mundial de James Bond. A su manera, el agente del Servicio Secreto de Inteligencia (SIS, por sus siglas en inglés) británico está al servicio de la seguridad. Y, entre otros recursos, desempeña su labor sirviéndose de vehículos realmente particulares y exclusivos. De todos ellos, hemos seleccionado 10 autos de James Bond que han hecho historia en el mundo del celuloide.
1. Aston Martin DB5
Se estrenó en la película James Bond contra Goldfinger (1964) y también hizo acto de aparición en Operación Trueno (1965). En manos de Sean Connery, el Aston Martin DB5 sorprendió por su belleza. Y, lógicamente, por sus numerosos gadgets: espray de aceite, escudo a prueba de balas, pantalla de radar, placas de matrícula giratorias, pistola debajo del asiento del conductor, asiento eyectable, etc.
Con el transcurrir de los años, el deportivo británico se rescató para las películas GoldenEye (1995), El mañana nunca muere (1997), Casino Royale (2006), SkyFall (2012), Spectre (2015) y Sin tiempo para morir (2020). A nivel comercial, Aston Martin ha recuperado tan emblemático modelo bajo la denominación DB5 Goldfinger Continuation. Está dotado de un motor 4.0 de seis cilindros que entrega casi 300 CV.
2. Lotus Esprit
Otro de los autos de James Bond más recordados. Hizo su debut en La espía que me amó (1977) y continuó junto al actor Roger Moore en Solo para sus ojos (1981). En el caso de la primera, el Lotus Esprit será recordado por su capacidad para convertirse en un vehículo submarino que podía defenderse usando misiles, torpedos, minas y cortinas de humo en aguas de las islas Bahamas.
Obra de Italdesign Giugiaro, el Esprit S1 (1976) montaba un propulsor de 2,0 litros que rendía 160 CV. Antes de finalizar la década de los años 70, Lotus lanzó el S2, una evolución que estrenaba neumáticos más anchos, un interior mejorado y un alerón delantero integrado. Y en 1980 se presentó el Esprit Turbo Essex de 213 CV, elegido para el filme Solo para sus ojos.
3. Citroën 2CV
En el vasto universo de vehículos que ha utilizado el agente 007 también se encuentran modelos populares como el Citroën 2CV. El utilitario francés vio la luz en 1948, se mantuvo en el mercado hasta 1990 y su producción total fue casi de cuatro millones de unidades. Básico, práctico, resistente y lleno de personalidad, el 2CV sigue contando con multitud de seguidores a lo largo y ancho del planeta.
En la filmografía de James Bond se usó en Solo para sus ojos durante una persecución que tenía lugar en las proximidades de Madrid (España). Pero, realmente, las escenas se grabaron en la isla griega de Corfú. Con motivo de la película, Citroën comercializó una edición especial pintada de amarillo con el logotipo de 007 y pegatinas que simulaban ser impactos de bala.
4. Audi 200 quattro
En 1987, Timothy Dalton, en el papel de James Bond, condujo dos Audi 200 quattro, con tracción a las cuatro ruedas, en Alta tensión: una variante de tres volúmenes en Bratislava (entonces, Checoslovaquia) y otra familiar en Tánger (Marruecos). El primero era una versión Exclusive equipada con un propulsor 2.2 de 165 CV y, entre otros aditamentos, llantas BBS.
Otros Audi empleados en películas de James Bond son el A5, que aparece en la secuencia de apertura de SkyFall, y el A8 en El mañana nunca muere y Quantum of Solace (2008). Como puede apreciarse en la imagen, el Audi 200 quattro de tres volúmenes, al igual que otros autos de James Bond, se reprodujo a escala para deleite de los aficionados a la saga de filmes del agente secreto británico.
5. BMW Z3 Roadster
En la última década del siglo XX, los automóviles de BMW tuvieron una destacada presencia en las películas de 007. El fabricante muniqués se estrenó en GoldenEye con el Z3 Roadster, equipado con un motor tetracilíndrico de 1,9 litros que otorgaba 140 CV. Al no ser británico, el modelo germano no fue muy bien visto por algunos puristas. Pero su aparición en el largometraje facilitó que sus ventas se disparasen.
A pesar de la inversión realizada por BMW, Pierce Brosnan solo pudo conducir el Z3 Roadster en dos ocasiones. En cualquier caso, sus características eran notables: se trataba de un automóvil resistente a los impactos de bala que montaba misiles Stinger detrás de los grupos ópticos, así como radar y sistemas de autodestrucción y de frenada de emergencia.
6. BMW 750iL
El lujoso sedán alemán tuvo su protagonismo en El mañana nunca muere. Pierce Brosnan, encarnando a 007, tomó contacto con su nuevo juguete de 350 CV en el aeropuerto de Fráncfort. Y a través de un teléfono móvil Ericsson abatible, que hacía las veces de mando a distancia, pudo conocer los distintos gadgets que habían sido instalados en el vehículo por los especialistas del servicio de inteligencia.
En este sentido, el BMW 750iL blindado con chasis reforzado no defraudaba. Desde misiles Stinger camuflados en el techo corredizo hasta un cortador de metal oculto en la insignia del capó, pasando por la descarga de gas lacrimógeno o clavos de tres puntas, cámaras de vídeo frontal y trasera, caja fuerte en la guantera con apertura mediante huella dactilar, etc., su arsenal era imponente.
7. BMW Z8
En El mundo nunca es suficiente (1999) pudo verse a Pierce Brosnan al volante del BMW Z8, un roadster del que solamente se produjeron 5.700 unidades. El biplaza alemán compartía propulsor con la berlina deportiva M5, un V8 aspirado de 400 CV que facilitaba acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima, limitada electrónicamente, de 250 km/h.
El Z8 de El mundo nunca es suficiente poseía todo tipo de refinamientos: blindaje, revestimiento de titanio, misiles tierra-aire ubicados detrás de las tomas de aire laterales, conducción remota, sistema de seguimiento por infrarrojos, dispositivo de escucha… Desgraciadamente, no tuvo un final feliz: un helicóptero con sierras de generosas dimensiones acabó cortándolo por la mitad.
8. Aston Martin Vanquish
Finalizado el flirteo con BMW, Aston Martin regresó la nómina de autos de James Bond. Y lo hizo con un gran turismo realmente espectacular: el Vanquish. El modelo británico se lució en Muere otro día (2002), el filme número 20 de la saga cinematográfica del agente 007 –encarnado, una vez más, por Pierce Brosnan–. Y lo hizo, como era de prever, con numerosos dispositivos.
Entre ellos, cohetes y pistolas camuflados, neumáticos con tacos, asiento del pasajero eyectable… En la película Muere otro día siempre será recordado por las escenas rodadas en los lagos helados de Islandia, donde es perseguido por un Jaguar XK-R. Otra característica notable del Aston Martin Vanquish del agente 007 era su capacidad para volverse invisible con solo accionar un botón.
9. Aston Martin DBS V12
El cupé biplaza DBS reemplazó al Aston Martin Vanquish en el filme Casino Royale. Y Daniel Craig también lo disfrutó en Quantum of Solace. En el apartado de las prestaciones, al igual que el Vanquish, el nuevo DBS contaba con un propulsor V12. Una mecánica que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2 segundos y estirar el velocímetro hasta los 307 km/h.
Entre los gadgets incorporados en el DBS V12 figuraban un compartimento secreto para la pistola Walther P99 de James Bond, un botiquín médico de emergencia, un pequeño desfibrilador, etc. En Casino Royale, el Aston Martin acabó destrozado en una persecución tras dar siete vueltas de campana. Un registro que lo llevó a formar parte del Libro Guinness de los Récords.
10. Aston Martin DB10
Y finalizamos nuestro repaso a algunos de los autos de James Bond que han hecho historia en el mundo del celuloide con el Aston Martin DB10, diseñado especialmente para la película Spectre. Tan elitista cupé estaba propulsado por un motor 4.7 V8 de 460 CV que le permitía al agente 007 cubrir los 100 km/h desde parado en 4,3 segundos y rodar a una velocidad máxima de 310 km/h.
Para que Daniel Craig pudiera llevar a cabo sus misiones, el Servicio Secreto de Inteligencia instaló todo tipo de artilugios en el DB10: blindaje contra impactos de bala, ametralladora trasera, lanzallamas ocultos en el sistema de escape, asiento eyectable… Como otros automóviles de James Bond, este Aston Martin también tuvo un fatal desenlace y terminó hundido en el río Tíber (Italia).
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