El equipamiento policial es de suma importancia. Así ha quedado de manifiesto en Córdoba (Argentina), donde el comisario Carlos Hernández, jefe de la Guardia de Infantería de la policía, ha salvado la vida gracias a la efectividad del chaleco antibalas que portaba en el transcurso de una intervención en Villa Los Galpones.
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Impacto balístico a la altura del omóplato derecho
En dicho asentamiento del barrio Alta Córdoba, la policía llevó a cabo un operativo relacionado con el robo de una bicicleta. La presencia de los agentes provocó una serie de incidentes y el lanzamiento de piedras a los uniformados, por lo que se hizo necesario dar aviso a una brigada de la Guardia de Infantería de la fuerza de seguridad.
Durante la actuación policial, el comisario Hernández resultó herido en la pierna izquierda. Y, según informaron fuentes oficiales, recibió un disparo que impactó en la parte posterior derecha de su chaleco antibalas y perforó dos capas del mismo.
En declaraciones a la estación de radio Cadena 3 Argentina, Carlos Hernández manifestó que sintió un golpe seco en la espalda y pensó que se trataba de una piedra. “Luego comprobé que era el impacto de un arma de fuego a la altura del omóplato derecho. Sin duda, volví a nacer”.
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Blindaje corporal: básico en labores policiales
El uso de blindaje corporal es básico en el desempeño policial. En este sentido, su principal ventaja es que contribuye a salvar la vida de los policías que lo utilizan al proteger órganos vitales, el tórax, la espalda y los costados. Y, además de contra impactos balísticos, brinda protección ante ataques producidos por armas blancas punzantes o penetrantes.
Asimismo, los chalecos balísticos son resistentes, duraderos y, cada vez más, ligeros y flexibles. Y los fabricantes pueden personalizarlos y ajustarlos a las necesidades de cada cuerpo policial.
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