A partir del 1 de enero de 2022, Brasil volverá a ser parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Tras una década de ausencia, el país se sumará a México como representante de América Latina. En el caso de este último, ocupa un asiento no permanente en el órgano responsable del mantenimiento de la paz y seguridad internacionales.
Candidato a miembro permanente
Con el apoyo de 181 de los 193 estados miembros, Brasil reemplazará a San Vicente y las Granadinas en el Consejo de Seguridad de la ONU. A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño ha destacado que el regreso del país al órgano de las Naciones Unidas supone un reconocimiento a la histórica contribución de Brasil a sus objetivos.
En el caso de que se amplíe la lista de miembros permanentes, Brasil, elegido en 11 ocasiones como integrante no permanente, siempre ha sido una de las naciones favoritas para sumarse al Consejo de Seguridad junto a Alemania, India y Japón. En la actualidad, el órgano está conformado por 15 miembros: cinco permanentes y con derecho a veto (China, EEUU, Francia, Reino Unido y Rusia) y 10 que están presentes en turnos de dos años.
Un órgano con peso y divisiones
Creado en 1945, el Consejo de Seguridad de la ONU puede intervenir para recomendar una conciliación pacífica en caso de surgir una controversia. De igual manera, está capacitado para imponer embargos, sanciones económicas o autorizar el uso de la fuerza. En este sentido, cabe destacar que es el único órgano de las Naciones Unidas autorizado a tomar decisiones jurídicamente vinculantes.
Entre otros, el Consejo de Seguridad trata asuntos como las guerras en Siria, Libia y Yemen, el conflicto palestino-israelí o el apoyo internacional al proceso de paz en Colombia. Y, actualmente, en su seno existen profundas divisiones debido a las posturas que defienden China y Rusia, por un lado, y EEUU y sus aliados, por otro.
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