Si deseamos hacer un buen uso del Internet, es preciso conocer cuáles son los errores de seguridad digital más comunes. Ello es así porque las personas somos el eslabón más débil en la cadena de la seguridad. La ciberdelincuencia lo sabe. Por ello, intenta sacar partido del factor humano. Y en otras ocasiones, un mal uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) propicia que nos expongamos a las ciberamenazas.
¿Cuáles son los errores de seguridad digital más comunes?
A nivel de usuario, es muy importante familiarizarse con los errores de seguridad digital más comunes para no cometerlos. De lo contrario, podemos exponernos a nosotros mismos, y a nuestras empresas, a riesgos cibernéticos que pueden tener graves consecuencias.
Clicar en enlaces y abrir archivos adjuntos de mensajes no solicitados.
Ya sea a través de phishing, smishing, correos electrónicos maliciosos, redes sociales o WhatsApp, los ciberdelincuentes se sirven de la suplantación de identidad para tratar de engañarnos, distribuir malware en nuestros dispositivos y obtener información confidencial. Por ello, los expertos en ciberseguridad de ESET recomiendan no clicar en enlaces ni abrir archivos adjuntos de mensajes que no hayamos solicitado.
Obviar las actualizaciones.
Para prevenir posibles amenazas cibernéticas es fundamental tener activadas las actualizaciones automáticas de los programas, navegadores y sistemas operativos que utilicemos. Sin embargo, muchos usuarios suelen ignoran las notificaciones que aconsejan realizar una acción para actualizar un dispositivo.
Conectar ‘pendrives’ USB poco fiables.
Otro de los errores de seguridad digital más comunes es conectar periféricos de almacenamiento poco fiables a nuestros equipos. Con el objetivo de ayudar a los lectores a protegerse, uno de los contenidos didácticos de Segurilatam está dedicado, precisamente, a los riesgos que entrañan los pendrives USB.
Usar contraseñas débiles.
A pesar de los consejos que difundimos los medios de comunicación especializados en seguridad integral, a lo largo y ancho del planeta se siguen empleando credenciales débiles para acceder a los distintos servicios de Internet. Para que los ciberdelincuentes no las adivinen, es esencial generar contraseñas seguras. Y también hacer uso de gestores de contraseñas.
No activar la autenticación de doble o múltiple factor.
Aunque muchos servicios facilitan activar la autenticación de doble o múltiple factor, lo cierto es que aún son muchas las personas que no se benefician de esta capa adicional de seguridad. Al usarla, los internautas se lo ponen más difícil a quienes desean acceder a cuentas ajenas de manera ilícita.
No hacer copias de seguridad.
Las copias de seguridad facilitan guardar los datos personales y corporativos más importantes. Pero no se hacen con la periodicidad deseada. O, simplemente, no se tienen en cuenta. Una conducta irresponsable que podría generar un impacto muy negativo en caso de ser víctimas de un ataque de ransomware.
No prestar atención al manejo de las TIC.
Un uso desmesurado del celular (phubbing), ser ciberadictos o padecer tecnoestrés nos puede pasar factura en forma de distracciones. Estas últimas son una de las mayores enemigas de los usuarios en materia de seguridad digital, puesto que provocan errores, que pueden llegar a ser fatales, en el manejo de las TIC.
Utilizar dispositivos de trabajo para fines personales.
El home office y el trabajo híbrido provocan que muchas personas laboren fuera de la empresa con dispositivos corporativos. Pero estos empleados acaban utilizándolos para fines personales. No distinguir entre trabajo y uso personal cuando se usan los dispositivos es otro de los errores de seguridad digital más comunes.
No revisar la configuración de seguridad de los dispositivos.
Por lo general, cuando se adquiere un dispositivo informático se delega su seguridad en los fabricantes. Estos, en muchos casos, se preocupan de la protección de sus productos desde el diseño. Lo cual no significa que los usuarios puedan relajarse. Muy al contrario, deben revisar la configuración de seguridad de los equipos y comprobar si es preciso realizar algún ajuste.
No instalar ‘software’ de seguridad en todos los dispositivos.
Tradicionalmente se ha pensado que el software de seguridad solamente debía instalarse en las computadoras. Y que incluso algunas, como los modelos Mac de Apple, eran inmunes a los virus informáticos. Nada más lejos de la realidad: los expertos en seguridad digital recuerdan que es primordial proteger todos los dispositivos que usemos (computadoras, portátiles, tabletas y celulares).
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