En nuestro día a día, los usuarios de Internet utilizamos numerosas aplicaciones de diferentes servicios y redes sociales. Así, es habitual que muchos de nosotros tengamos una cuenta en Apple, Google, Facebook, Instagram, LinkedIn, Microsoft, TikTok o Twitter (X). Y también se ha convertido en algo frecuente que los sitios web que requieren usuario y contraseña permitan iniciar sesión con la cuenta de una aplicación como las citadas. Es lo que se conoce como inicio de sesión único.
Sin duda, eso supone una ventaja. Pero, ¿alguna vez te has preguntado si entraña algún riesgo, por ejemplo, iniciar sesión con la cuenta de Google en una página web dedicada al comercio electrónico? En este sentido, ¿se deberían poner en práctica algunas recomendaciones para evitar ser víctimas de la ciberdelincuencia? Si deseas conocer las respuestas a estas preguntas, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el inicio de sesión único (SSO)?
Hablar del inicio de sesión único (SSO, por sus siglas en inglés) o inicio de sesión social es hacerlo de una solución de autenticación que facilita iniciar sesión con la cuenta de una aplicación en distintos sitios web. De esta forma agiliza los inicios de sesión, beneficiando así tanto a los usuarios como a los gestores de las páginas web a las que se desea acceder.
Este tipo de acceso es automático y se realiza a través de un token de autenticación. Por lo tanto, no es necesario introducir ninguna contraseña en los sitios web que se sirven del SSO para acceder a ellos. ¡Conviene saberlo!
¿Qué ventajas aporta el SSO a los usuarios y sitios web?
En cuanto a las ventajas que aporta esta solución de autenticación a los usuarios, los expertos destacan las siguientes:
- Menor uso de contraseñas. Crear contraseñas seguras o usar gestores de contraseñas acaba convirtiéndose en algo incómodo para muchos internautas. Con el inicio de sesión social se reduce el número de credenciales que usamos.
- Accesos más rápidos a los sitios web. El SSO no precisa cumplimentar un formulario o aportar datos. Basta con clicar en la opción que el sitio web ponga a nuestra disposición (Apple, Facebook, Google…).
Y por lo que respecta a los sitios web, el inicio de sesión social, al resultar muy cómodo para los internautas, se traduce en una mayor captación de usuarios. Algo que, a su vez, puede suponer un aumento de ingresos económicos si se trata, como comentábamos antes, de una página dedicada al comercio en línea.
¿Cuáles son los riegos del inicio de sesión social?
Precisamente, algunas compañías especializadas en e-commerce sostienen que el inicio de sesión único es un método de autenticación muy seguro. No obstante, los expertos en ciberseguridad y privacidad advierten que ese método de autenticación conlleva algunos riesgos. Entre ellos:
- Acceso de los sitios web a una mayor información sobre el uso de las aplicaciones y el comportamiento en Internet, lo cual facilita nuestro seguimiento y perfilado.
- Acceso de terceros a nuestra información del perfil social si el sitio web que emplea el SSO para acceder sufre una brecha de seguridad.
- Pérdida de control de datos personales si el servicio accede a determinados datos de nuestro perfil social.
- Robo de credenciales. Si los ciberdelincuentes llegan a robar las credenciales de la cuenta de una aplicación podrían tener acceso a los sitios web vinculados a ella.
- Uso de la información obtenida para fines distintos a los consentidos.
Consejos para hacer un uso seguro del inicio de sesión único
De cara a hacer un uso seguro del inicio de sesión único en distintos sitios web, es conveniente tener en cuenta las siguientes recomendaciones de seguridad:
- Proteger las cuentas. Las cuentas que se crean en las aplicaciones deben ir asociadas a contraseñas robustas. Del mismo modo, es aconsejable hacer uso de gestores de contraseñas o generar una frase de contraseña.
- Informarse previamente. Antes de recurrir al inicio de sesión social hay que informarse sobre el sitio web. ¿Es de confianza? ¿A qué datos nuestros va a tener acceso? Hay que evitar que obtenga más información personal de la necesaria.
- Crear nuevas cuentas. Si no se conoce el sitio web quizás sea más apropiado crear una cuenta específica para acceder a él.
- No guardar contraseñas en el navegador ni reutilizarlas en varios servicios. La alternativa a este tipo de prácticas es la utilización de gestores de contraseñas.
- Llevar un registro de visitas a sitios web. Es recomendable saber qué sitios web se visitan y cuál es la información que queda almacenada en ellos. Como, por ejemplo, los datos de nuestra tarjeta bancaria.
- Visitar sólo sitios web que cuenten con medidas de seguridad adicionales. Entre ellas, autenticación multifactor.
- Revisar los ajustes de privacidad periódicamente. Por último, hay que revisar los ajustes de privacidad de las cuentas de aplicaciones con las que se ha iniciado sesión o se permita hacerlo, eliminando o revocando el permiso para los sitios web que se haya dejado de utilizar. Y gestionando los datos personales a los que pueden acceder.
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