Al igual que ha sucedido con otros sectores, la crisis del COVID-19 ha afectado a las empresas de seguridad privada mexicanas. “Nuestra industria se ha visto obligada a afrontar un panorama de mayores costos y menores ingresos”, ha señalado Armando Zúñiga Salinas, coordinador de Agrupaciones de Seguridad Unidas por un México Estable (Asume). En concreto, se estima que la caída económica en el sector ha sido del 20%. Por dicho motivo, el colectivo ha solicitado a las autoridades un aplazamiento de los impuestos.
Al respecto, y de cara a afrontar las consecuencias de la crisis del COVID-19, las empresas de seguridad privada necesitan disponer de efectivo. Algo lógico, ya que en torno al 80% de sus gastos corresponden a las nóminas de los empleados. Teniendo en cuenta que los clientes están retrasando los pagos, algunas empresas de seguridad privada podrían verse obligadas a cesar su actividad.
Sobre la situación alarmante del sector, el coordinador de Asume ha señalado que la destrucción de empleo va camino de duplicarse. Asimismo, ha revelado que la crisis del COVID-19 ha conllevado la quiebra del 10% de las empresas de seguridad privada en el país.
Mayor inseguridad
Más allá de cómo está afectando la crisis del COVID-19 a las empresas de seguridad privada mexicanas, Asume ha alertado del aumento de los saqueos y los robos en el país. Por ello, de cara a reforzar la seguridad, ha reclamado una mayor coordinación con las autoridades. “Si la interrupción de las actividades económicas continúa, puede incrementarse el número de saqueos”, ha advertido Armando Zúñiga Salinas.
Por lo que respecta a, Víctor Manuel Presichi, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), ha presentado un estudio que cifra en un 7% el aumento del robo a unidades de transporte en los últimos dos meses. De manera especial, se han registrado más asaltos en los estados de Tlaxcala (63%), Veracruz (54%) y Puebla (38%).
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