Los satélites artificiales aportan numerosas ventajas en materia de comunicaciones, investigación científica o seguridad nacional. Sin embargo, la basura espacial que generan, junto a los restos de cohetes lanzados fuera de nuestro planeta, supone un riesgo para las misiones espaciales. Limpiar todos esos restos se ha convertido en una prioridad. Y las normas ISO pueden contribuir a ello.
No se trata de una cuestión baladí. Se calcula que en torno a 900.000 piezas de desechos espaciales orbitan la Tierra. De ahí que hayan surgido iniciativas como Space Sustanaible Rating (SSR), impulsada, entre otras entidades y organizaciones, por el Foro Económico Mundial y la Agencia Espacial Europea. Su objetivo es reducir la basura espacial y ayudar a garantizar que las misiones espaciales, cada vez más frecuentes, se gestionen de forma segura y sostenible.
¿Cómo ayudan las normas ISO a reducir la basura espacial?
Y las normas ISO pueden contribuir a lograr dicho propósito. Concretamente, la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés), propone dos normas: ISO 24113 (Requisitos de mitigación de desechos espaciales) e ISO 26900 (Sistemas de transferencia de información y datos espaciales).
Según Nick Tongson, gerente del comité de expertos de ISO que desarrolla estándares para la mitigación de desechos espaciales, el espacio es un recurso compartido a nivel mundial. “Por ello, la colaboración internacional es esencial para minimizar la creación de nuevos escombros espaciales. Al respecto, las normas ISO desempeñan un papel integral al brindar orientación a las organizaciones sobre cómo pueden contribuir a la limpieza de la basura espacial”, explica.
Al asignar puntuaciones a las misiones espaciales en función de una serie de parámetros, el SSR fomentará un comportamiento más responsable en el espacio. Uno de ellos es el cumplimiento de las directrices internacionales, que incluyen normas ISO, para la mitigación de los desechos espaciales.
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