El pasado mes de mayo, Auriga participó en Self-Service Banking, evento de la industria dedicada al autoservicio, fintech y banca digital. La empresa especializada en software bancario y soluciones de banca omnicanal impartió una ponencia para explicar cómo se reinventaron las sucursales del sector financiero frente a la pandemia de COVID-19 y la influencia de los neobancos.
Cajero automático compartido
Para ello, Auriga estuvo representada por Nicola Simeone, director de Servicios Profesionales de la compañía, quien compartió presentación con Tamara Jusko, directora de TI de SIA. A modo de introducción, el primero observó que, hasta antes de la crisis sanitaria, “el cajero automático se entendía, principalmente, como un proveedor de dinero en efectivo”.
Además, recordó que “el cierre de algunas sucursales por su baja rentabilidad afectó a los consumidores de municipios donde es difícil acceder a los servicios financieros. Y también tuvo un impacto en la reputación de la banca tradicional”.
De cara a dar respuesta a esta nueva situación, se creó el concepto de cajero automático de marca blanca. El objetivo era que el ATM fuese compartido por varias entidades bancarias y se pudiesen diversificar los servicios y formas de interacción con los clientes. De esta forma, se beneficiaba a estos últimos, al tiempo que se reducían los costos.
Atención remota por vídeo
En cuanto a la segunda propuesta, el representante de la empresa de software bancario y soluciones de banca omnicanal se refirió a la integración de sistemas de atención remota por vídeo. Gracias a ellos, al no requerirse una actuación presencial de los empleados del banco, las entidades pueden mejorar el servicio personalizado que prestan a sus clientes.
“La pandemia popularizó el uso de las videollamadas. En la actualidad, cada vez más personas están familiarizadas con este canal de comunicación. En el caso de la banca, facilita tener una atención cercana y confiable con el cliente”, señaló Simeone.
No obstante, advirtió que, para lograrlo, es necesario diseñar una estrategia que ayude al consumidor a saber cómo usar la tecnología, logrando así que la experiencia de usuario sea satisfactoria tanto en la sucursal bancaria como en el ATM o el teléfono móvil.
Omnicanalidad: valor añadido
Llegados a este punto, se hizo hincapié en que la banca tradicional no debe obsesionarse con equipararse a los neobancos y forzar a los clientes a interactuar con la entidad solo a través del teléfono móvil. Al respecto, se recordó que la omnicanalidad es una fortaleza de los bancos presenciales.
Por último, el directivo de la empresa de software bancario y soluciones de banca omnicanal manifestó que la tecnología es esencial para crear servicios más inclusivos y una experiencia de usuario mejorada.
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