Tal y como informó Segurilatam el pasado mes de agosto, los ciberdelincuentes están usando la vacuna contra el coronavirus en sus campañas. Ahora, según publica Europa Press, también se dedican a atacarla. La agencia de noticias española revela que un ataque de ransomware ha provocado retrasos en ensayos clínicos relacionados con el desarrollo de la vacuna del coronavirus.
Impacto limitado
Concretamente, el ataque de ransomware ha sido dirigido contra la proveedora de software norteamericana eResearchTechnology (ERT). La acción de los ciberdelincuentes ocasionó el secuestro de sus sistemas. Y al encriptar la información de los equipos, impidió realizar un seguimiento tanto de los ensayos de la vacuna como de los pacientes.
El ataque de ransomware llegó a afectar a IQVIA, una multinacional estadounidense que ayuda con las pruebas de la vacuna para la COVID-19 de AstraZeneca, y Briston-Myers Squibb, una farmacéutica que desarrolla test rápidos para detectar el SARS-CoV-2.
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Desde IQVIA, cliente de ERT, han asegurado que el ataque ha tenido un impacto limitado en sus pruebas y que, por el momento, no existe constancia de que el mismo haya comprometido información confidencial. En cuanto a Bristol-Myers Squibb, todo parece indicar que los ciberdelincuentes tampoco han logrado afectar en exceso a la organización. Por el contrario, otras empresas dependientes de ERT se vieron obligadas a dejar de utilizar sus equipos informáticos, lo que comportó retrasos en su trabajo.
Ataques al sector salud
A tenor de una información publicada en The New York Times, el ataque contra ERT se produjo el pasado 20 de septiembre y la empresa se vio obligada a contactar con expertos en ciberseguridad y el FBI.
En el mismo mes, un ataque de ransomware al Hospital Universitario de Düsseldorf (Alemania) obligó a cerrar temporalmente la sala de urgencias, dando lugar a que una paciente gravemente enferma no pudiera ser atendida y falleciera al ser trasladada a otro centro.
Y al comienzo de la pandemia algunos hospitales españoles también se vieron afectados por este tipo de malware, cuyo fin era inutilizar los sistemas y solicitar un rescate para liberarlos. Para lograr su objetivo, los cibercriminales enviaban correos electrónicos que simulaban contener información importante sobre la COVID-19.
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