En opinión de la Cámara Colombiana de la Seguridad Privada, ¿cuáles son los tres retos más urgentes e importantes que debe afrontar o resolver el sector de la vigilancia y seguridad privada colombiano en 2023?
Sin duda, el reto más importante es la ilegalidad. Resulta complejo en un sector económico que aporta alrededor de 400.000 empleos operativos en Colombia. Y en el que casi la totalidad de los ingresos van destinados a los costos que genera la nómina, ya que el margen de utilidad es muy bajo y se percibe por volumen. Realmente, es un servicio que vende mano de obra.
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Bajo esta premisa, se requiere un mercado en sana competencia. La ilegalidad afecta al trabajo digno y no hay forma de competir con tarifas comparativamente muy bajas sin afectar al recurso humano operativo.
Otro gran desafío es la capacitación. Uno de los sectores en constante innovación es el de la seguridad, al ritmo de las expectativas de un mercado que, cada vez más, demanda servicios especializados. Y hoy estos servicios incluso pueden ser transversales a otras áreas.
Esta profesionalización del servicio puede ser encaminada a diferentes contextos de operación. A nivel organizacional puede contribuir a la recolección de datos estadísticos mediante el aprendizaje de tecnologías simples. En el sector salud a través del énfasis de servicio al paciente e incluso incorporando aprendizaje en primeros auxilios. Y en el sector educación identificando riesgos que hacen vulnerables a los niños y jóvenes.
Y en muchos contextos venideros y próximos para incursionar con estos servicios para apoyar a la seguridad ciudadana, como la iniciativa de ayudar a nuestra fuerza pública en el cuidado de sindicados detenidos para que contemos con policías en el campo de la prevención del delito. Todo lo anterior significa motivación para el recurso humano, que podrá encontrar posibilidades de crecimiento en nuestro sector según sus intereses, habilidades y talento.
Y en este momento en que la comunidad demanda seguridad y protección, resulta relevante facilitar instrumentos que permitan la operación dentro del marco de la responsabilidad, el respeto y el cuidado de la vida. Es necesario lograr la autorización de instrumentos no letales con un alcance definido y un diseño no modificable para que no se puedan convertir en armas letales. Y su apariencia, tamaño y color ha de ser diferente de un arma convencional. Estos recursos se constituyen en instrumentos de protección, cuidado y autocuidado mediante la disuasión.
¿Qué solicitudes o inquietudes le han planteado, o piensan plantearle, al superintendente Alfonso Manzur desde la Cámara Colombiana de la Seguridad Privada?
El señor superintendente participó en diferentes espacios con la Cámara Colombiana de la Seguridad Privada en Pasto, Cali, Palmira, Popayán y Buenaventura. En esta gira se le presentaron los diferentes contextos de operación y particularidades de cada región, según sus necesidades, para el desarrollo del sector.
Entre otras propuestas hablamos del trabajo por la legalidad y el diseño de un manual operativo de acción, reacción y uso de la fuerza ante eventualidades propias de la operación, como un protocolo concreto diferente al referente de la norma 18788 que incorpore el marco del respeto por los derechos humanos.
También se planteó innovar en las capacitaciones anuales obligatorias, aprovechando esta periodicidad para trabajar por la especialización y profesionalización de los operativos.
Y se le propuso gestar desde la Supervigilancia iniciativas para el desarrollo del sector mediante la generación de nuevos empleos, apoyando a la seguridad ciudadana desde la incursión del servicio para el sistema carcelario, de forma incipiente, en el cuidado de sindicados detenidos, así como la vigilancia de eventos privados masivos.
¿Qué acciones contempla llevar a cabo la Cámara Colombiana de la Seguridad Privada en 2023 para fortalecer el sector?
Nuestra principal iniciativa es gestar convenios para apoyar a la seguridad ciudadana que permitan mejorar la calidad de vida de los colombianos a través de la generación de alertas tempranas para prevenir la violencia de género y maltrato infantil que vemos en ascenso. Ello valiéndonos de la amplia cobertura que tienen los servicios de seguridad a nivel nacional y el conocimiento de dinámicas familiares que observan los guardas.
Además, cerca de 3.000 policías a nivel nacional se dedican a cuidar sindicados detenidos diariamente en las estaciones de policía. Si pudiéramos apoyarlos en esta labor, este pie de fuerza podría dedicarse a la prevención del delito y las ciudades estarían más vigiladas. Sin duda, su presencia haría que los colombianos se sintieran más seguros. Y como estas, otras novedosas propuestas para apoyar a la seguridad ciudadana y, de forma simultánea, generar más empleos.
Formamos parte de la gran alianza nacional de gremios Aliadas. Cerca de 40 gremios de diferentes sectores económicos trabajamos en diversas mesas técnicas para desarrollar iniciativas y propuestas encaminadas a construir país desde la responsabilidad social mediante la mesa de talento y empleabilidad. Analizamos el impacto de los cambios propuestos en los proyectos de ley y proyectamos sus consecuencias en el ejercicio de la mesa de entorno regulatorio y trabajamos por la legalidad en la mesa de formalización. Igualmente, trabajamos por el desarrollo del país en las mesas de sostenibilidad y de desarrollo económico, tributario y emprendimiento. Y también en la mesa digital y tecnológica.
Como Cámara Colombiana de la Seguridad Privada continuamos convocando y promoviendo la celebración de mesas de seguridad contando con la participación de nuestras autoridades, fuerza pública, empresariado, espacios estratégicos de comunicación y coordinación en seguridad.
Para finalizar, ¿qué mensaje desea transmitir a los profesionales del sector de la vigilancia y seguridad privada colombiano?
A los directivos quiero reconocerles y agradecerles su tenacidad porque somos un sector comprometido con la generación de empleo. Tenemos responsabilidad sobre la vida de muchas familias colombianas, nuestros entes de control y vigilancia han conocido una industria que ha cambiado esquemas tradicionales y ha evolucionado para convertirse en un potencial de oportunidades. Evidenciamos historias de vida, emprendimiento y superación que han permitido cumplir sueños. Nuestro norte y rumbo será visionar, planear y decidir el crecimiento y creación de diversas posibilidades de mercado a diferentes plazos que se traducen en más empleo para los colombianos.
A los operativos les transmito un mensaje de gratitud. Su ejercicio en pandemia les valió su visualización ante la sociedad, se posicionaron como referente de autoridad y protección. A futuro, su gestión los hace un recurso valioso para instaurar acciones masivas positivas para nuestro país. Por tal motivo deben ser un modelo de colombianos ejemplares en su actuar. Su labor demanda inteligencia emocional y gestión, merecen crecer y visionar metas que les permitan tener éxito. Confío en que vean en su labor un paso inicial que los lleve a superarse.