Tal y como explica el comandante del Ciber Gaula, el capitán Andrés Felipe Campos Villamil, la unidad está conformada por personal muy cualificado que debe investigar desde casos de ransomware hasta los relacionados con el ciberchantaje sexual. Y más allá de los procesos encaminados a desenmascarar a los cibercriminales, desde la seguridad pública también se realiza una labor igualmente destacable: concienciar a ciudadanos y empresas sobre los riesgos que entraña el mal uso de Internet.
-¿Cuándo inició su actividad el Ciber Gaula y cuáles son sus principales cometidos?
El Ciber Gaula, unidad especializada de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional de Colombia, comenzó a operar en abril de 2016. Y fue creada con el objetivo de apoyar las investigaciones de casos de secuestro y extorsión en los entornos digitales, algo lógico si se tiene en cuenta que los delitos han cambiado debido al cada vez mayor uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
-¿Con qué medios cuenta el Ciber Gaula para desempeñar su labor?
Por un lado, disponemos de hardware y software de informática forense que nos permite extraer y analizar la información contenida en dispositivos electrónicos y de almacenamiento. Mediante estas herramientas podemos recuperar la información que ha sido borrada y el análisis nos facilita identificar patrones y a victimarios que pertenecen a organizaciones criminales. En cuanto a nuestro equipo humano, está conformado por investigadores y peritos en informática forense.
-Ya que se ha referido al equipo humano, ¿cómo seleccionan a los profesionales que forman parte del Ciber Gaula?
Los candidatos a integrarse en el Ciber Gaula deben tener perfiles asociados a estudios superiores en Ingeniería de Sistemas y Electrónica. También han de realizar unas pruebas integrales dirigidas al conocimiento de la psicología. Y, finalmente, los funcionarios adquieren las competencias para investigar los delitos de secuestro y extorsión en cooperación con países como Corea del Sur, España o EEUU.
-Además de los conocimientos que ha detallado, ¿qué importancia tiene la formación en inteligencia e investigación criminal para combatir los delitos de secuestro y extorsión en el ámbito de Internet?
Consideramos que es la pieza fundamental del éxito del Ciber Gaula. Esto nos permite tener un enfoque sistémico, es decir, que nuestro personal pueda abordar una investigación con una perspectiva global, correlacionando información y guiando el proceso investigativo desde la evidencia digital.
-Una de las misiones del Ciber Gaula es combatir el secuestro. Al respecto, ¿qué impacto tiene el ransomware en los ciudadanos colombianos?
El impacto es elevado, ya que los victimarios han encontrado una ventana de oportunidad para lucrarse a través de este tipo de software malicioso. Al principio, los ciberdelincuentes consideraban como objetivo de alto valor los servidores de las grandes empresas. Pero hoy en día ese objetivo ha cambiado y la amenaza se ha extendido a los teléfonos móviles y computadores personales de los ciudadanos.
“El impacto del ‘ransomware’ es elevado. Los victimarios han encontrado una ventana para lucrarse a través de este tipo de ‘software’ malicioso”
La información es considerada el activo más importante de las empresas. Y cuando se ve afectada, también tiene consecuencias para las bases que contienen datos personales. Y eso conlleva un coste económico. Los victimarios han dejado pérdidas millonarias en el sector privado y el secuestro de información continúa mutando para lograr su fin.
Nos encontramos en la era del Internet de las Cosas, en un mundo conectado. Las cámaras están conectadas a Internet, utilizamos wearables conectados que miden nuestra actividad física, etc. Y ahí los ciberdelincuentes han encontrado un campo de acción para poner en práctica el secuestro de información. Los victimarios han llegado a controlar el marcapasos implantado en una persona de forma remota, con el riesgo que eso supone en el supuesto de alterarse la frecuencia cardíaca o paralizar el dispositivo.
-Por lo que respecta a la extorsión, ¿cómo se encuentra Colombia en lo relativo al ciberchantaje sexual, también conocido como sextorsión? ¿En el país se dan muchos casos?
Hasta la fecha se han registrado más de 160 casos –de enero a septiembre de 2018–. La sextorsión afecta a personas de todo tipo, independientemente de su edad o condición social. Así, encontramos tanto menores como adultos a los que los victimarios exigen una suma de dinero para no hacer públicas una serie de imágenes que puedan comprometer a las víctimas ante sus familiares o personas más cercanas.
Esta modalidad ha crecido tanto en Colombia como a nivel global. Y nuestra recomendación siempre es la misma: si tomamos medidas de seguridad en el mundo físico, debemos hacer lo mismo en el virtual. Desgraciadamente, muchos padres o tutores no poseen la capacidad o el conocimiento para guiar a sus hijos y son los propios nativos digitales los que se ven obligados a aprender por su cuenta.
“Ante la extorsión, insistimos en que si tomamos medidas de seguridad en el mundo físico, debemos hacer lo mismo el virtual”
-¿Cómo contribuye la Policía Nacional a prevenir este tipo de delitos?
La Dirección Antisecuestro y Antiextorsión, a través de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula), lleva a cabo actividades de prevención bajo el lema Yo no pago, yo denuncio. Tratamos de prevenir mediante conferencias y jornadas en las que se explica a la ciudadanía cómo debe actuar y qué precauciones ha de tener frente a las nuevas tecnologías.
Pero más allá de ser una responsabilidad única de la seguridad pública, esta es una gobernanza compartida en la que también deben involucrarse las empresas privadas y los ciudadanos. Si en una empresa con muchos medios de seguridad física alguien se descarga un archivo malicioso, se rompe la cadena de seguridad. Y eso sucede porque no hay cultura ni capacitación en materia de seguridad de la información. Entonces, esto es una responsabilidad compartida en la que han de intervenir el Estado, el ámbito privado y los ciudadanos.
“La lucha contra el ciberdelito es una responsabilidad compartida en la que han de intervenir el Estado, el ámbito privado y los ciudadanos”
-En el caso de estos últimos, ¿cómo pueden ponerse en contacto con la Policía Nacional para cuestiones relacionadas con los ciberdelitos?
Por un lado, a través del CAI virtual del Centro Cibernético Policial, donde encontrarán unos mecanismos de atención al ciudadano operativos durante las 24 horas de los siete días de la semana. Y otra opción es llamar directamente a la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión utilizando la línea telefónica 165. Cualquier caso relacionado con un secuestro o una extorsión a través de entornos digitales son remitidos de manera inmediata al Ciber Gaula para que pueda hacerse cargo de ellos.
-El Ciber Gaula ha participado en operaciones para hacer frente a las llamadas telefónicas extorsivas que se realizan, por ejemplo, desde centros penitenciarios. Este tipo de casos se incrementó en 2017. ¿En 2018 continúa esa tendencia alcista o se han reducido los casos de llamadas extorsivas?
El número de llamadas extorsivas ha disminuido. Y ello es así porque se ha implementado una estrategia integral para contrarrestar este fenómeno consistente en allanamientos en los centros penitenciarios. El objetivo es recolectar la evidencia digital, es decir, poder incautar los dispositivos celulares, a los que, una vez en poder del Ciber Gaula, se les practica una extracción forense.
Esta estrategia nos ha permitido identificar el modus operandi de los victimarios dentro de los centros penitenciarios, así como a las personas que realizan las llamadas y el modo en que seleccionan a quienes desean extorsionar. Al respecto, se sirven de las redes sociales para saber dónde viven las víctimas, qué bienes poseen, qué sitios frecuentan, etc.
-Considerando que Internet carece de fronteras y que vivimos en un mundo globalizado, ¿cuál es el grado de colaboración existente entre el Ciber Gaula y la seguridad pública de otros países? Además, ¿tiene una buena relación con los principales actores de la Red?
Hay una colaboración total con las agencias y policías de otros países, como, por ejemplo, la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés) de EEUU o la Policía Nacional de España. Cuando investigamos un delito informático, pudiera ser que el victimario se encontrase en otro país. Sin duda, nos encontramos ante una problemática globalizada que nos genera nuevos retos.
En cuanto a su segunda pregunta, tenemos la ayuda de los principales operadores de servicios de Internet y de quienes gestionan las redes sociales o los servidores de correo electrónico. Actualmente, si les solicitamos información obtenemos una respuesta efectiva a nuestro requerimiento en un breve plazo de tiempo, y esto no sucedía hace una década.
-Anteriormente, usted ha comentado que llevan a cabo campañas para concienciar a los ciudadanos en materia de ciberseguridad. Exactamente, ¿qué actividades realizan?
Concienciamos a través de la cuenta de Facebook de la Policía Nacional o de la cuenta de Twitter de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión. Además, acudimos a los colegios y las empresas para difundir información de interés. La idea es mostrar casos reales, que los asistentes puedan escuchar audios de los extorsionistas, que vean cómo se realiza la afectación de un sistema informático. En el caso de los escolares, siempre piensan que las cosas les pasan a los demás y que nunca les van a suceder a ellos. Y nuestras charlas les impactan al darse cuenta de que pueden ser presas de los victimarios.
Y hacemos mucho hincapié en las medidas de seguridad. En nuestro día a día nos cuidamos de cerrar la puerta de casa, de no hablar con un desconocido que no nos genere confianza, de garantizar una privacidad en nuestro cuarto… Pues eso mismo ha de llevarse a la práctica en el mundo virtual.
-En estos más de dos años de actividad, ¿cuál es el balance que hacen en el Ciber Gaula? ¿Están satisfechos con los resultados logrados durante este tiempo?
Estamos muy satisfechos. En este sentido, permítanme contarles un suceso. Un comerciante colombiano fue secuestrado en México. Su esposa, que se encontraba en Colombia, recibió una llamada telefónica a través de la cual se le exigía una suma de dinero para liberar a su marido. Nosotros asumimos el caso y pudimos identificar el sitio exacto de la ciudad de Querétaro donde estaba el comerciante. Y gracias a la colaboración con la policía mexicana logramos que fuese rescatado. Ver la felicidad de su familia, de su esposa, de sus hijos, de su entorno social, no tiene precio. Ese es el aliciente para continuar trabajando y liderando este proceso.
Atender los casos de secuestro y extorsión a través de entornos digitales es un reto que asumimos. Y para ello, contamos con la tecnológica apropiada y un equipo humano muy cualificado.
-Para finalizar, ¿desearía añadir algún comentario que considere de interés para nuestros lectores?
Animo a los padres a liderar la prevención, a que guíen a sus hijos y los ayuden a tomar medidas para que no sean víctimas de la ciberdelincuencia. Y por lo que respecta a las empresas, han de trabajar en la cultura de la seguridad de la información y la capacitación de sus empleados. Por muchos recursos físicos y electrónicos que tengan, no servirán de nada si un trabajador abre un archivo malicioso que ha sido adjuntado en un correo electrónico.