Gigi Agassini Experta en seguridadCybersecurity & Personal Data Protection, ESRM y Advisory Security Plans

Gigi Agassini (GA Advisory): “Honestidad, resiliencia y responsabilidad han definido mi camino en el sector de la seguridad”

Gigi Agassini, experta en Cybersecurity & Personal Data Protection, ESRM y Advisory Security Plans

Gigi Agassini, experta en Cybersecurity & Personal Data Protection, ESRM y Advisory Security Plans.

Prestigiosa profesional de la seguridad en México, Gigi Agassini habla de sus orígenes y de su evolución en el sector. Y anima a las mujeres a que confíen en sus capacidades para desempeñarse en esta industria.

Habla con mucho orgullo de su mamá y de sus abuelos, de quienes afirma que le aportaron los valores que le han permitido llegar tan lejos profesionalmente. ¿Cuáles son esos valores y cómo los ha aplicado al ámbito de la seguridad?

Desde pequeña, mi madre y mis abuelos me inculcaron valores que han sido pilares fundamentales en mi vida y carrera. La honestidad, por ejemplo, ha sido la base de cada decisión que tomo. En el ámbito de la seguridad, esto se traduce en actuar con transparencia, ética y compromiso en cada responsabilidad que he asumido, logrando así un impacto significativo. Ser honesta no es sólo decir la verdad, es también ser coherente entre lo que pienso, digo y hago, algo que, con el tiempo, se ha convertido en una brújula que guía mi camino profesional.

Otro valor esencial que me enseñaron es la resiliencia. La vida, como gran maestra, me ha puesto frente a innumerables desafíos, algunos más complejos que otros. He aprendido que, aunque algunas batallas toman más tiempo que otras, la clave está en adaptarse, abrazar la realidad y seguir adelante. En la industria de la seguridad, donde los riesgos evolucionan constantemente, esta capacidad de adaptación es crucial. Ser resiliente no sólo me ha permitido anticiparme a amenazas y responder con eficacia, sino también mantener la calma en situaciones de crisis y convertir los obstáculos en oportunidades de crecimiento.

También destaco la responsabilidad, un principio inquebrantable que me inculcaron desde niña. Ser responsable implica ser consciente de las consecuencias de mis acciones, algo que, aunque parece sencillo, puede ser uno de los mayores desafíos para cualquier ser humano. Crecí viendo el ejemplo de la rectitud y aprendí que asumir las consecuencias de mis actos y palabras es un compromiso irrenunciable. La responsabilidad va más allá de cumplir con lo que está escrito en un contrato; para mí, lo verdaderamente valioso es cumplir incluso cuando no hay un papel de por medio, cuando sólo queda la palabra y la confianza como garantía.

Cada uno de estos valores ha definido mi camino en seguridad. La preparación constante, el compromiso con la industria y la disciplina para evolucionar al ritmo de un mundo cada vez más complejo han sido esenciales en cada una de mis posiciones. La seguridad, ya sea física, cibernética o de la información, no es un trabajo de medio tiempo; es un compromiso permanente con la prevención, la mejora continua y la protección de lo que realmente importa.

Estos valores no sólo han moldeado mi enfoque profesional, sino que también me han permitido inspirar confianza en clientes, colegas y equipos con los que colaboro, consolidando así un legado basado en la integridad, la determinación, la pasión, la consistencia y la excelencia.

“El sector de la seguridad es un campo donde he podido fusionar estrategia, resiliencia y amor por la tecnología”

Comenzó a trabajar en un bazar a los 11 años. ¿Cómo fueron aquellos inicios laborales? Por aquel entonces, ¿se veía trabajando en el futuro en el ámbito de la seguridad? ¿Cómo llegó al sector?

Mi primera experiencia laboral en un bazar fue también mi primer acercamiento a la responsabilidad y al trabajo en equipo. A esa edad, aprendí de primera mano la importancia del servicio al cliente, la gestión de recursos y la disciplina. Estudiaba entre semana y, desde el viernes por la tarde hasta la noche del domingo, trabajaba sin descanso. Las jornadas eran largas y exigentes, lo que me dejaba poco tiempo para estudiar y cumplir con mis tareas escolares. Si no hubiera aprendido a administrar mi tiempo, priorizar mis responsabilidades y sacrificar horas de descanso, seguramente habría fallado en ambos aspectos.

Fue una etapa difícil, pero asumí el compromiso con determinación porque sabía que mi madre, quien llevaba sola la carga económica de una casa con tres hijas, necesitaba apoyo. Sentía la responsabilidad de contribuir de alguna manera y, aunque mi salario no era mucho, era ganado con honestidad y esfuerzo. Estaba convencida de que, por pequeño que fuera, podía hacer la diferencia.

En aquel entonces, jamás imaginé que mi futuro estaría en el sector de la seguridad. Lo único que tenía claro era que quería un camino donde pudiera resolver problemas y generar impacto. Mi llegada a esta industria no fue planeada, sino una combinación de necesidad y destino. Después de atravesar un episodio difícil en mi vida profesional que me llevó a la bancarrota, tuve que empezar de cero. Buscando nuevas oportunidades, encontré una puerta abierta en el sector de la seguridad, un mundo que en ese momento desconocía por completo.

Esforzarme por aprender no era algo nuevo para mí; desde muy temprana edad había trabajado y estudiado simultáneamente. Conforme fui avanzando, pude aportar al pago de mis estudios. Trabajar y estudiar al mismo tiempo es un verdadero desafío, pero con sacrificio, esfuerzo y dedicación, logré alcanzar mis objetivos.

Mi curiosidad y pasión por la tecnología impulsaron aún más mi deseo de aprender. Siempre he sido una persona inquisitiva, y esa sed de conocimiento ha sido un motor en mi vida. Con el tiempo, fui descubriendo que la combinación de mi mentalidad analítica, mi interés por la gestión de riesgos, mi liderazgo y mi fascinación por la tecnología me guiaban hacia algo más grande. Así me fui adentrando en campos como ciberseguridad, privacidad y gestión de riesgos empresariales (ESRM), cada uno agregando una nueva capa de aprendizaje y crecimiento a mi carrera.

Hoy, miro hacia atrás y veo un viaje lleno de desafíos, aprendizajes y evolución constante, impulsado por la pasión y la curiosidad. La seguridad no sólo se convirtió en mi mayor pasión, sino en un campo donde pude fusionar estrategia, resiliencia y amor por la tecnología. Y lo más emocionante es que este viaje aún no termina.

“En la industria de la seguridad, donde los riesgos evolucionan constantemente, la resiliencia y la determinación son cruciales”

Se autodenomina una mujer muy determinante. En este sentido, ¿la determinación es una cualidad esencial para desempeñarse en el ámbito de la seguridad?

Absolutamente. La seguridad no es un campo para la indecisión ni para los titubeos. Es un entorno donde cada acción cuenta y donde el tiempo de respuesta puede marcar la diferencia entre el control y el caos. En este sector, la determinación no es sólo una cualidad deseable, sino una necesidad. Permite tomar decisiones firmes basadas en información precisa, análisis de riesgos, experiencia y criterio, sin caer en la parálisis de la duda.

Pero ser determinante no significa ser inflexible. La verdadera determinación no es imponer, sino saber adaptarse sin perder el rumbo. Es la capacidad de mantenerse firme en principios y objetivos, pero con la apertura necesaria para ajustar estrategias cuando las circunstancias lo exigen. En una industria tan dinámica como esta, donde los desafíos evolucionan constantemente, mantenerse enfocado sin aferrarse ciegamente a una única visión es clave para la toma de decisiones efectiva.

A lo largo de mi carrera, la determinación me ha permitido enfrentar crisis, liderar equipos alcanzando y superando los objetivos planteados, gestionar recursos y desafiar la resistencia al cambio dentro de organizaciones, siempre con la convicción de que cada obstáculo es una oportunidad para innovar. Sin embargo, la determinación no es sólo cuestión de actuar con firmeza; es también la capacidad de mirar más allá del problema inmediato, cuestionar lo establecido y atreverse a proponer soluciones que transformen el presente y moldeen el futuro. Porque en seguridad no basta con reaccionar: hay que adelantarse. Y para eso, la determinación no sólo es importante. ¡Es esencial!

“La seguridad no es un juego de poder entre géneros, sino un ecosistema que requiere diversidad de pensamiento para abordar los desafíos cada vez más complejos que enfrentamos”

Desde su experiencia, ¿cómo ha cambiado la presencia y el papel de la mujer en el sector de la seguridad en los últimos años?

El cambio ha sido significativo, aunque aún queda un largo camino por recorrer. Durante años, la seguridad fue vista como un campo predominantemente masculino, con pocas oportunidades para que las mujeres asumieran roles de liderazgo. Hoy, el panorama es diferente. Cada vez más mujeres ocupan posiciones estratégicas en distintas especialidades del sector, desde la alta dirección hasta roles operativos y de campo. Sin embargo, el verdadero avance no está sólo en la cantidad, sino en el reconocimiento del valor y la perspectiva única que aportamos a esta industria.

A pesar de estos progresos, sigue existiendo una percepción errónea: las mujeres no estamos aquí para competir con los hombres. No se trata de quién es mejor, sino de cómo diferentes habilidades, experiencias y enfoques pueden complementarse para fortalecer la industria en su conjunto. La seguridad no es un juego de poder entre géneros, sino un ecosistema que requiere diversidad de pensamiento para abordar los desafíos cada vez más complejos que enfrentamos.

Tradicionalmente, las mujeres hemos tenido que probar y demostrar constantemente que merecemos los puestos que ocupamos, algo que no sucede con la misma frecuencia en el caso de los hombres. Muchas organizaciones han implementado programas para equilibrar la representación de género, pero en muchos casos estos esfuerzos se han quedado sólo en cifras y reportes sin generar un impacto real en la cultura organizacional.

El cambio verdadero no ocurre solamente con estadísticas o iniciativas aisladas; comienza por transformar el entorno, educar a todos sobre la importancia de la equidad y la inclusión, y establecer estructuras que fomenten una integración genuina de talento sin sesgos. Esto implica voluntad, así como inversión, compromiso y el apoyo de todas las áreas clave dentro de una organización, desde Recursos Humanos hasta los niveles más altos de liderazgo. La diversidad de género no debe verse como una tendencia, sino como una necesidad estratégica para el crecimiento y la innovación en el sector, de la sociedad y de la humanidad misma.

En los últimos años hemos visto un esfuerzo por impulsar redes de apoyo y mentoría que han fortalecido la presencia femenina en áreas como ciberseguridad, gestión de riesgos y seguridad física. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer. Lo más relevante del cambio no ha sido sólo el aumento en la cantidad de mujeres en el sector, sino en la percepción: ya no somos una excepción, sino profesionales altamente calificadas, capaces de liderar, innovar y transformar la industria de la seguridad.

“Mi visión sobre la inteligencia artificial (IA) en seguridad es clara: debe ser una aliada, pero nunca sustituir el criterio humano”

En alguna ocasión ha contado que recibió la llegada del año 2000 cuidando servidores. Finalmente, no sucedió nada con el temido efecto 2000. Aquello quedó atrás. Hoy en día, todo el mundo habla de inteligencia artificial (IA). ¿Qué opinión le merece la IA aplicada al ámbito de la seguridad?

El efecto 2000 fue un fenómeno que desató incertidumbre, miedo y, por qué no decirlo, hasta pánico. Como ocurre en cualquier crisis, hubo dos bandos: los que creían que todo colapsaría y los escépticos que lo consideraban una exageración. La realidad es que, cuando se diseñó el formato digital para capturar fechas, nadie se cuestionó las consecuencias a largo plazo. Y eso nos deja una lección fundamental: por más avanzada que sea la tecnología, siempre habrá escenarios imprevistos que desafíen su funcionalidad.

El efecto 2000 nos enseñó algo clave en seguridad: la prevención y la planificación son esenciales. Nos preparamos para un escenario incierto con protocolos, medidas de contingencia y una mentalidad de respuesta ágil. Y aunque al final no hubo un colapso masivo, esa experiencia nos dejó claro que no podemos dar por sentado que la tecnología, por sí sola, estará siempre bajo control.

Hoy, el debate sobre la IA es completamente diferente. A lo largo de la historia hemos visto avances disruptivos, pero ninguna tecnología emergente había tenido la capacidad de crear, reaccionar y aprender de manera autónoma. Nos asombra lo que ya hemos logrado con la IA, pero la realidad es que aún estamos en una etapa inicial. El término inteligencia artificial se usa excesivamente, a menudo sin un entendimiento claro de lo que realmente significa. Todavía no hemos visto todo su potencial, y su desarrollo seguirá marcando un antes y un después en múltiples sectores.

La IA tiene un enorme potencial en seguridad. Sus aplicaciones van desde análisis avanzado con visión computarizada y ciberseguridad basada en patrones de comportamiento hasta robótica, detección de amenazas, análisis de riesgos y gestión de incidentes. Sin embargo, también trae consigo desafíos críticos: el riesgo de ataques basados en IA, sesgos algorítmicos, la posible manipulación de datos y la compleja tarea de garantizar privacidad y ética en su implementación.

Por eso, mi visión sobre la IA en seguridad es clara: debe ser una aliada, pero nunca sustituir el criterio humano. La tecnología nos proporciona herramientas poderosas, pero la estrategia, la ética y la toma de decisiones seguirán dependiendo de profesionales capacitados. Al final, no es la IA la que protege, sino las personas que la diseñan, la supervisan y la utilizan con responsabilidad.

“Las mujeres ya no somos una excepción, sino profesionales altamente calificadas, capaces de liderar, innovar y transformar la industria de la seguridad”

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las mujeres en el sector de la seguridad y qué oportunidades existen para fomentar su liderazgo?

Los desafíos siguen siendo significativos. La brecha de género, los prejuicios y la falta de confianza en la capacidad de las mujeres para desempeñar roles con responsabilidad, eficiencia y dedicación continúan limitando nuestra representación en posiciones directivas dentro del sector de la seguridad. Aún enfrentamos estereotipos arraigados que distorsionan nuestra presencia en la industria: si somos fuertes, somos «amargadas»; si somos dedicadas, es porque «no tenemos vida»; si somos determinadas y con carácter, «somos desequilibradas»; y si simplemente tenemos un mal día, entonces «no somos las adecuadas para el puesto».

Pero la realidad es otra. Cada vez más mujeres demuestran que la seguridad no es una cuestión de género, sino de talento, preparación y visión estratégica. Y aunque aún hay barreras por derribar, las oportunidades están creciendo. La industria de la seguridad se ha diversificado enormemente, abriendo nuevos espacios de especialización que demandan habilidades frescas, perspectivas innovadoras y enfoques multidisciplinarios.

Además, el déficit de talento en múltiples industrias, incluyendo la seguridad, está obligando a las empresas a ampliar su espectro de búsqueda. Si las organizaciones realmente quieren encontrar a los profesionales adecuados para impulsar su crecimiento, deben dejar de lado los sesgos y enfocarse en la capacidad, sin importar el género.

Para fomentar el liderazgo femenino, es fundamental crear más espacios de mentoría, apoyar la educación continua, visibilizar referentes femeninos y promover políticas de equidad que permitan un desarrollo profesional libre de barreras de género. Una mujer en seguridad no sólo aporta conocimientos técnicos, sino también una perspectiva estratégica y habilidades de liderazgo que enriquecen la toma de decisiones en un mundo cada vez más interconectado y desafiante.

Como mencioné antes, las mujeres y los hombres no deben compararse como si uno fuera mejor que el otro. No se trata de competir, sino de reconocer que nuestras diferencias son precisamente lo que nos hace complementarios. A lo largo de la historia, ha quedado demostrado que cuando ambos trabajan juntos con respeto y equidad, los resultados son extraordinarios.

Aún queda mucho por hacer para desestigmatizar a las mujeres y a las minorías en general. No somos «demasiado emocionales», ni estamos «desequilibradas» ni bajo los efectos de cambios hormonales. Somos, simplemente, seres humanos. Somos profesionales comprometidas, apasionadas y plenamente conscientes de la importancia de nuestra contribución. Y esa contribución es, sin duda, clave para la evolución continua de nuestra industria y de la sociedad en su conjunto.

“Cada vez más mujeres demuestran que la seguridad no es una cuestión de género, sino de talento, preparación y visión estratégica”

Para finalizar, ¿cuál es su consejo para las mujeres que aspiran a desarrollarse profesionalmente en el ámbito de la seguridad?

Mi consejo es claro: confía en tu capacidad, fórmate constantemente y atrévete a desafiar los límites que otros, o incluso tú misma, puedan imponerte. No permitas que nadie te diga que no puedes, que no eres suficiente… Ni siquiera tu propia voz interior. No tienes que demostrar nada a nadie. Permítete fallar y no te castigues por ello. Aprende, crece. No tienes que ser perfecta, porque la perfección es solamente una ilusión. La única competencia real que tienes es contigo misma, así que sé tu mejor aliada, no tu peor crítica. Abrázate, celébrate, aplaude tus logros y recuerda siempre tu propio valor.

Tu mejor arma es ser tú misma. Y la mejor versión de ti no es la que los demás esperan, sino la que funciona para ti, la que te hace sentir auténtica, fuerte y plena. No tomes las cosas de manera personal, pues la vida es demasiado corta para cargar con pesos innecesarios, y elige bien tus batallas, porque el viaje es largo y la energía debe usarse sabiamente.

La seguridad es un campo en constante evolución, que necesita mentes visionarias, profesionales con determinación y personas comprometidas con la transformación. La educación continua es la clave para mantenerse a la vanguardia en un mundo que cambia rápidamente. Pero también lo es la comunidad. Rodéate de personas que impulsen tu crecimiento, busca mentores, crea una red de apoyo y nunca camines sola. Cada obstáculo que enfrentes no es un límite, sino una oportunidad para aprender, para fortalecerte, para demostrarte de qué estás hecha.

Las mujeres en seguridad no sólo debemos ocupar espacios, sino transformarlos. Con preparación, estrategia y pasión, aseguramos nuestro propio camino y abrimos puertas para las generaciones que vienen detrás. Porque el futuro del sector no se construye con barreras, se construye con liderazgo, inclusión y determinación. Y ese futuro lo estamos creando nosotras.

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