Según la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), los robos en los supermercados colombianos ocasionan pérdidas de miles de millones de pesos cada año. ¿Cuáles son los robos más habituales y cómo afectan al sector del retail?
Efectivamente, las pérdidas por merma en general son altas. Hablamos de 630.000 millones de pesos. Sin embargo, para el caso de la merma desconocida (hurto externo e interno), que en su mayoría es orquestada por bandas especializadas, está por el orden de los 253.000 millones de pesos, que representa el 40% de las pérdidas.
El hurto externo es el más relevante y se origina en bandas de delincuentes que cuentan con estructuras multifuncionales y utilizan una gran variedad de modalidades tendientes al logro de sus propios intereses. Entre las más conocidas están el uso de bolsos y bolsas biónicos y otros mecanismos de camuflaje en prendas y fajas. Igualmente, se ha detectado la falsificación de recibos y el uso de tecnología.
Desde luego, la afectación al sector comercial es significativo. Aun así, nuestro trabajo está enfocado en desenmascarar estas redes y ponerlas a buen recaudo. Y diariamente estamos individualizando e identificando a sus integrantes y cómplices externos (reducidores), así como sus modalidades.
¿Qué destacaría de la estrategia de prevención de pérdidas del retail? ¿Cómo contribuyen los departamentos de Seguridad a prevenir y combatir los robos en las tiendas, los almacenes y los vehículos de la empresa?
Nuestras estrategias son rigurosas. Los protocolos y procedimientos son de estricto cumplimiento. Y el uso de tecnologías y personal capacitado constantemente son una garantía para la minimización de las pérdidas. Todo ello unido a un plan de trabajo articulado con las autoridades y, en general, todas las empresas afectadas por este fenómeno.
Al margen de los robos, ¿cuáles son los riesgos a los que se enfrenta el sector del retail a menudo? ¿Los atracos y las extorsiones son algunos de ellos?
Día a día, los comercios se enfrentan a una gran variedad de modalidades delictivas, acciones dolosas y riesgos multicrimen. En Colombia, los delitos de alto impacto van al alza. Hablamos de extorsión, secuestro, asaltos a transportadoras o atracos. Y quienes los perpetran se caracterizan por su alto grado de violencia contra las víctimas, dificultándose la mitigación y el control. Por citar un ejemplo, los casos de extorsión denunciados en la última década se han incrementado un 194%, al pasar de 7.036 en 2012 a 20.721 en 2022, según la Fiscalía General de la Nación.
“En el ‘retail’, todos articulamos una fuerza y un trabajo en equipo para controlar las pérdidas y minimizar los daños”
¿Qué importancia le conceden las áreas de Seguridad a la capacitación para prevenir o enfrentar situaciones de riesgo en el sector del retail?
La acción de control de pérdidas y seguridad integral frente a los delitos en general, incluyendo las pérdidas por hurto, siempre están diseñadas de forma colectiva e integral. De esta forma, se involucra a todos en los puntos de venta y centros de distribución, desde los hombres y mujeres de seguridad (vigilancia, supervisión y control) hasta los encargados de los negocios y el personal de logística y ventas. Todos articulamos una fuerza y un trabajo en equipo para controlar las pérdidas y minimizar los daños.
En este sentido, debo ser reiterativo. Nuestra tarea como líderes de este proceso está en generar sinergia y conciencia suficiente entre los integrantes de las tiendas y el manejo de una serie de procedimientos bien diseñados para cada situación (listado de riesgo previamente elaborado). Una vez evaluados estos últimos, se generan procesos y procedimientos socializados a través de un plan completo de capacitación. Así reducimos los riesgos y generamos un gran sentido de pertenencia a favor de los intereses corporativos. Por ende, la capacitación y su debido seguimiento y acompañamiento son parte fundamental de la estrategia.
Suele decirse que vivimos en un mundo que cambia de forma vertiginosa. Al respecto, bajo su punto de vista, ¿a qué retos van a enfrentarse los directores de Seguridad a medio o largo plazo?
El sociólogo, filósofo y ensayista Zygmunt Bauman, en su teoría de la modernidad líquida, observa lo siguiente: “La era de la modernidad sólida ha llegado a su fin. ¿Por qué sólida? Porque los sólidos, a diferencia de los líquidos, conservan su forma y persisten en el tiempo, duran. En cambio, los líquidos son informes y se transforman constantemente, fluyen”.
Los retos de seguridad están cambiando: pasamos de esquemas duros, fijos, enfocados en la vigilancia, con paradigmas inamovibles a la visualización de la seguridad basada en el análisis de riesgos líquidos. Es evidente la transformación de estos y la rapidez con la que nos cambian los esquemas de seguridad. Por ende, nuestras estrategias deben estar en ese mismo sentido. Para ello, se requiere una lectura permanente, análisis de entornos internos y externos y una visualización de corto y largo plazo para hacer prospectivas con sus contramedidas eficaces y oportunas.
En consecuencia, los retos están mutando. Y tanto los actuales como los del futuro son un poco inciertos. Pero nuestra experiencia indica que debe tenerse en cuenta la visualización de factores de desorden social, unos provocados quizás por factores de inequidad social y otros alineados por intereses partidistas y poco democráticos. Igualmente, como se mencionó, la extorsión está creciendo, cambiando y combinándose con una serie de modalidades, desde lo tradicional hasta un uso masivo de la tecnología, con poder de generar violencia y daño.
Asimismo, hay un crecimiento exponencial de los delitos informáticos en todas las modalidades. Ello motiva a los profesionales de la seguridad a mantenernos actualizados y combinar medidas exigentes en este orden con expertos, pues nuestras compañías combinan el mercado presencial con la compra online. Y en el ciberespacio confluyen nuevos actores y riesgos, nuevas formas de criminalidad de orden nacional y transnacional.