Segurilatam 003
Tercer cuatrimestre 2016 27 artículo técnico Continuidad de negocio nario se estima entre 600.000 millones y 2,6 billones de dólares. Medidas a considerar Desde el punto de vista de la preven- ción, deberían tenerse en cuenta las CME a la hora de diseñar las redes de transporte, su topología y elementos clave. En el caso de las redes de comu- nicaciones, eliminar el metal allí donde sea posible sustituyéndolo por fibra óp- tica, añadiendo filtros y revisando im- pedancias de puesta a tierra; por lo que respecta a los oleoductos, reemplazar el metal por material dieléctrico, y en el de redes eléctricas, renovar el parque de EHTV, descentralizar la producción de energía y dimensionar adecuada- mente las capacidades de los elemen- tos de la red. En cuanto a la perspectiva de la re- acción, tendrían que incluirse las CME como un escenario a tener en cuenta en los planes de continuidad de nego- cio, contando, entre otras contingen- cias, con la eventualidad de un “apagón preventivo” de varios días en el suminis- tro eléctrico y de comunicaciones. Aunque un evento CME extremo puede ocurrir en cualquier momento, suele estar correlacionado con los pi- cos de actividad solar. El próximo (ciclo nº 25) tendrá lugar en torno al año 2024, tiempo más que suficiente para prepa- rarnos. ¿Lo estaremos? altos (y, por lo tanto, pequeña resisten- cia) orientadas de norte a sur, la edad y posición de los transformadores en la red, su disposición a la hora de compar- tir o derivar cargas y los límites de carga a las que operan. Las GIC en líneas de alta tensión pueden alcanzar los 320 amperios, como las que se observaron en el incidente de Halloween de 2003 en la región sueca de Malmoe. Dichas corrientes inducidas dan lugar a la satu- ración en cada semiciclo del transforma- dor, un potencial colapso de tensión del sistema, la pérdida de potencia reactiva y la generación de armónicos y sobreca- lentamiento. Además, deberán tenerse en consideración la entrada en funcio- namiento de los automatismos de pro- tección de la propia red, que sumarán inestabilidad a las cargas. En un informe de 2013, el mercado de seguros Lloyd’s de Londres (Reino Unido) estimaba que una CME del tipo Carrington dejaría sin electricidad a una población de entre 20 y 40 millo- nes de habitantes sólo en EEUU du- rante períodos de tiempo que oscila- rían entre 16 días y uno o dos años. La duración de las interrupciones depen- dería en gran medida de la disponibi- lidad de piezas de recambio de trans- formadores de alta tensión. Los plazos de entrega de nuevos transformado- res son de cinco meses como mínimo. El costo económico total para tal esce- gún esta escala, y para que lo tengamos en mente como referencia, el evento Carrington ha sido estimado en un Dst ≤-880 nT/min. Aunque existe contro- versia sobre la frecuencia e intensidad de estos episodios extremos, la comu- nidad científica acepta una tasa de ocu- rrencias de un evento de entre -1.000 y -4.000 nT/min cada cien años y uno de hasta -6.000 nT/min cada doscientos. Las GMD varían con la latitud magné- tica (ligeramente diferente a la geográ- fica), observándose una incidencia se- vera o extrema entre los 40º y 60º de latitud. Esto afecta a la mayor parte de países europeos, así como a Rusia, EEUU y Canadá en el hemisferio norte y Ar- gentina, Chile y Australia en el sur. No siempre tendremos la suerte de ver un evento CME en su origen, como le ocurrió a Richard Carrington mientras observaba un grupo de manchas sola- res. En cualquier caso, el material eyec- tado escapa de la corona solar a velo- cidad variable y viaja formando un án- gulo sólido también variable. Tardará entre 17 y 90 horas en llegar a la Tierra, si es que la trayectoria de nuestro pla- neta penetra en dicho ángulo sólido. En tal caso, atravesar este arco le llevaría hasta tres días. Los satélites del sistema ACE de alerta temprana nos avisarán de su llegada con tan solo 15 o 30 minutos de antelación. El 23 de julio de 2012, varias CME su- cesivas con un Dst igual a -1.200 nT/min (similar al evento Carrington o doble que el de Quebec) estuvieron a punto de impactar con la Tierra. Nos libramos de un cisne negro por tan sólo nueve días. Aunque sus efectos no hubieran servido para cumplir la famosa profe- cía maya del fin de los tiempos previsto para ese año, el caos social y econó- mico habría sido mayúsculo. Red eléctrica Centrándonos exclusivamente en la red eléctrica, su resiliencia ante este tipo de acontecimientos depende del diseño y la ingeniería de la red, así como de las características de los activos clave. Espe- cialmente, deben tenerse en cuenta las líneas de transmisión con voltajes muy
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