Segurilatam 003

72 Tercer cuatrimestre 2016 Opinión artículo técnico A mérica Latina dispone de un sinfín de oportunidades de crecimiento social y econó- mico si se consideran los numerosos recursos naturales, los aspectos cultu- rales comunes y la población joven y emprendedora que en ella habita. Por otra parte, la región se enfrenta de manera casi permanente a una se- rie de desafíos, entre los que cabe mencionar débiles instituciones de los Estados, inequidad, altos niveles de corrupción, redes ilícitas que no respe- tan fronteras, indicadores nada favora- bles en cuanto a seguridad ciudadana, el impacto negativo de actores forá- neos y desastres naturales. En una región con tantos y tan im- por tantes retos, el término resilien- cia, hasta hace relativamente poco tiempo, era de muy escaso uso y des- conocido su concepto para la mayo- ría. Recientemente y con más frecuen- cia, dicho término está presente en diferentes escenarios como sinónimo de recuperación exitosa ante eventos adversos. ¿Qué es la resiliencia? Con una visión aplicada a las institu- ciones, la norma ASIS SPC-1-2009 Or- ganizational Resilience: Security, Prepa- redness, and Continuity Management Systems la define como “la capacidad de una organización para resistirse a verse afectada por un suceso o la ca- pacidad de volver a un nivel acepta- ble de desempeño en un período de tiempo admisible después de verse afectada por un suceso”. Bajo un en- foque sistémico, “es la capacidad de un sistema de mantener sus funcio- nes y estructura haciendo frente a cambios internos y ex ternos y de adaptarse de la mejor manera cuando tenga que hacerlo”. En cuanto a las personas, para E. Chávez y E. Yturralde la resiliencia es “la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades para man- tenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud po- sitiva y acciones que permiten avanzar en contra de la corriente y superarse”. Desde hace ya varios años y por ra- zones de diversa índole, las personas y las organizaciones de América Latina, al igual que las de otras par tes del mundo, se han visto afectadas por su- cesos de diferente naturaleza y magni- tud que han puesto a prueba su capa- cidad de reacción para sobreponerse a las dificultades y continuar su activi- dad del día a día, en algunas oportuni- dades incluso con mayor éxito. Esto ha generado que, progresivamente, las acciones y actitudes resilientes estén en constante proceso de evolución, con resultados cada vez más satisfac- torios. Por otra parte, se identifican más claramente características de la resiliencia, bien sea para individuos u organizaciones: capacidad de relacio- namiento solidario, creatividad, con- ciencia moral, capacidad de autodirec- ción, autocontrol y proactividad, etc. Huracanes, inundaciones, tsunamis, atentados terroristas, colapsos de es- tructuras y otra serie de situaciones críticas han sido punto de partida para el análisis y la determinación de las mejores prácticas. En otras latitudes, el camino hacia el estudio y desarro- llo académico de la resiliencia es más extenso, ya que se ha iniciado más temprano y a niveles de mayor pro- fundidad y detalle. Por ejemplo, en la edición de 2010 de la Estrategia de Se- guridad Nacional de EEUU se hace por primera vez mención al concepto, lo que ha elevado su discusión e inves- tigación a nivel de comités, comisio- nes e incluso otras directivas presiden- ciales. El término es nuevamente in- Alfredo Yuncoza Vicepresidente regional de ASIS para Venezuela, Colombia y Ecuador Una Latinoamérica resiliente

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