Segurilatam 014

Segundo cuatrimestre 2020 85 entrevista Asociaciones cia y supervisar la entrada a playas o lo- cales, más que hacer rondas, serán algu- nos de los nuevos cometidos de estos profesionales. -¿Considera que la labor de la seguri- dad privada está siendo lo suficiente- mente reconocida por la sociedad es- pañola durante la pandemia? Indudablemente, ha habido un antes y un después. La visibilidad que han experimentado las distintas funciones para la prevención de riesgos por parte de la ciudadanía, que ya eran desarro- lladas por la seguridad privada, ha sido total durante los peores momentos de la pandemia. Actividades que han sido adaptadas a la casuística concreta y que han sido ampliadas y reforzadas con otras complementarias. El reconocimiento consiguiente a la visibilidad ha sido otorgado tanto por los propios usuarios como por los me- dios de comunicación, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en sus mensajes institucionales e incluso por la Casa Real, que tuvo la deferencia de ponerse en contacto con Aproser para interesarse por los profesionales, las empresas y la actividad desarrollada. Y agradecer per- sonalmente la gran contribución que se estaba aportando a la sociedad en esta crítica y grave situación para todos. -Al igual que en Latinoamérica, en Es- paña son muchos los ciudadanos que siguen haciendo uso del dinero en efectivo. En este sentido, ¿qué opinión le merecen a Aproser los rumores que relacionan el dinero en efectivo con la transmisión del coronavirus? La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desmentido en varias ocasio- nes que el dinero físico transmite el co- ronavirus. Sin embargo, su uso se ha visto reducido durante la pandemia en favor del pago con tarjetas y del comer- cio electrónico. Todos nosotros usamos dinero en efectivo a diario, pero en plena pan- demia han surgido una serie de du- das relacionadas con el coronavirus. Es la gran pregunta: ¿me puedo conta- giar con un billete? La OMS niega que la acción misma de intercambio de di- nero físico sea un vector de transmi- sión del coronavirus. No se ha documentado ningún caso de contagio por contacto con billetes. De hecho, pagar en efectivo es incluso más seguro que hacerlo con tarjeta. El virus puede llegar a durar el doble de tiempo sobre superficies de plástico que en billetes, según varios estudios. El consejo es que cuando toquemos un billete, o cualquier otra superficie, debe- mos lavarnos las manos y no tocarnos nunca ojos, boca o nariz. -Respecto a la posible desaparición del dinero en efectivo, ¿cuál es el po- sicionamiento de Aproser? A través de un comunicado del Obser- vatorio Sectorial de la Seguridad Pri- vada, al que pertenece Aproser, trasla- damos que parece haberse intentado consolidar en la opinión pública la idea de que la nueva normalidad está unida a la práctica desaparición del efectivo como medio de pago. En este escenario, el Observatorio Sec- torial de la Seguridad Privada, aunque comparte cualquier duda razonable que tenga como máxima prioridad preservar la salud de los ciudadanos, señala que la OMS, el Banco Central Europeo, los ban- cos centrales nacionales, etc., coinciden en que no existe evidencia científica so- bre un riesgo añadido derivado de la uti- lización del dinero en efectivo. Cualquier afirmación contra este último basada en un riesgo científico carece de justifica- ción. No puede asociarse el momento del pago con una práctica peligrosa solo cuando se paga con dinero. -¿Qué consecuencias tendría la desa- parición del efectivo para la sociedad española? Cualquier propuesta o medida que pueda conducir a la desaparición del dinero en efectivo entre los medios de pago al alcance de los ciudadanos tiene consecuencias desafortunadas. En pri- mer lugar, impactaría de forma muy di- recta en los colectivos más desfavo- recidos de la sociedad, cuyo nivel de bancarización es muy inferior, y que, para los actos de su economía domés- tica, dependerían de las decisiones de las entidades bancarias o de los gran- des proveedores de Internet. Hablamos de millones de parados y personas en riesgo de pobreza y exclusión social. “La parte positiva de la crisis es que los vigilantes ven su trabajo más reconocido y que el sector de la seguridad privada se reinventa con más tecnología y formación”, afirma el máximo responsable de la asociación española Aproser.

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