Segurilatam 019
artículo técnico Infraestructuras críticas zar, elegir como lo haría un terrorista, con la dificultad que supone que para hacerlo debe desligarse de los condi- cionantes exigibles a cualquier miembro de las estructuras de seguridad y que se resumen básicamente en tres: ética, coherencia y eficacia. El enemigo, a la hora de establecer estrategias o selec- cionar objetivos, no se ve limitado por las dos primeras y la tercera, la eficacia. Únicamente lo es como sinónimo de trascendencia, quedando exenta, por ejemplo, de cualquier análisis coste/be- neficio imprescindible en toda adopción de medidas en el entorno del Estado o la empresa. Veinte años después Veinte años después (en francés, Vingt ans après ) es una novela de Alexan- dre Dumas (padre) publicada como serie entre enero y agosto de 1845. Pertenece a la trilogía Las novelas de d’Artagnan , siendo la secuela de Los tres mosqueteros (1844) y precediendo a la novela El vizconde de Bragelonne , publicada entre 1847 y 1850. La novela Abordar la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones, requiere una respuesta proactiva y mancomunada di- rigida a eliminar sus causas fundamen- tales, la vulnerabilidad a una amenaza no prevista o, al menos, no medida en sus consecuencias. Metodología de anticipación La prevención basada en una metodo- logía de anticipación mediante, entre otros, el uso eficaz de los sistemas de inteligencia, la capacidad de identificar amenazas y vulnerabilidades y hacerlo con la antelación necesaria para abortar la perpetración de atentados, en base a una adecuada capacidad de respuesta y mitigación, se convierte, en consecuen- cia, en una prioridad en el diseño de los procesos de seguridad. Ese nada fácil proceso de anticipación requiere, como una de sus herramientas eficaces, de la empatía. Es decir, de la capacidad o la habilidad para percibir, evaluar y actuar de acuerdo con las emociones de los demás. En este caso concreto, lo que supone pensar, priori- los principios de la soberanía nacional, tal y como fue articulado por el Tratado de Westfalia de 1648. El concepto “se- guridad” giraba en torno a la integridad territorial, la estabilidad política, los conciertos militares y de defensa y las actividades económicas y financieras relacionadas. Según este concepto tradicional, el Estado monopolizaría los derechos y los medios de proteger a los ciudada- nos, se establecería y ampliaría el poder del Estado y su seguridad con el fin de entronizar y mantener el orden y la paz. Los hechos han demostrado que la se- guridad del Estado no necesariamente desemboca en la seguridad de las per- sonas. El Informe de Desarrollo Humano de 1994 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo definió la segu- ridad humana a partir de dos aspectos principales: En primer lugar, significa seguridad contra amenazas crónicas como el hambre, la enfermedad y la represión. Y en segundo lugar, significa protección contra alteraciones súbitas y dolorosas de la vida cotidiana, ya sea en el hogar, en el empleo o en la comunidad. La seguridad humana consiste en proteger, de las amenazas críticas (gra- ves) y omnipresentes (generalizadas), la esencia vital de todas las vidas hu- manas, de forma que se realcen las libertades humanas y la plena realiza- ción del ser humano. La seguridad hu- mana integra tres libertades, entre ellas la libertad del miedo, lo que implica proteger a las personas de las amena- zas directas a su seguridad y a su in- tegridad física, en las que se incluyen las diversas formas de violencia que pueden surgir de Estados externos, de la acción del Estado contra sus ciuda- danos, de las acciones de unos grupos contra otros y de las acciones de perso- nas contra otras personas. Tercer cuatrimestre 2021 / 85
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