Segurilatam 024

artículo técnico Seguridad de la aviación civil sos sectores o unidades de negocio que dependen unos de otros para su perma- nencia u operación. Ello se puso de manifiesto con los acontecimientos bélicos de ese día en Culiacán que generaron una parálisis urbana que no sólo provocó el cierre de tiendas como Walmart, Soriana y Coppel, además de registrarse un incendio en una sucursal de Oxxo. También causó la interrupción de las operaciones de apli- caciones de movilidad como Uber y DiDi, así como la cancelación de más de 100 vuelos comerciales, privados y de carga (nacionales e internacionales) en Culia- cán, Mazatlán y Los Mochis. Los daños por el cierre de aeropuertos fueron incalculables. Efectos en cascada socavaron la operación y rentabilidad de muchos sectores interdependientes de la aviación. Y la imagen de la marca México se devaluó internacionalmente. Factores de riesgo y territorios violentos Con anterioridad he señalado que la protección perimetral de aeropuertos constituye grandes desafíos, puesto que nos encontramos ante proyectos de gran magnitud: muchos de ellos están ubicados en posiciones donde el clima, el ecosistema, el suelo o el ambiente ge- neran condiciones hostiles que limitan la permanencia de la propia infraestructu- ra de seguridad. Factores como la radiación UV, la humedad, la corrosión, la vegetación incesante y la excesiva son situaciones normales que los aeropuertos enfren- tan como su día a día. A ello se suman también factores de índole social como la falta de Estado de derecho que pro- mueve la expansión de asentamientos irregulares que comienzan a instaurarse de manera adyacente a los perímetros de los aeropuertos, generando un riesgo latente para los operadores. Por otro lado, el informe México: Orga- nizaciones del Crimen Organizado y el Narcotráfico , elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso de Esta- dos Unidos, advierte que las organiza- ciones que por años han sido identifica- das como las “dominantes” actualmente se han fragmentado. Se trata de siete agrupaciones “tra- dicionales”: el Cártel de Sinaloa, Los Zetas, el Cártel de Tijuana, el Cártel de Juárez, el Cártel del Golfo, los Beltrán Leyva y la Familia Michoacana. Y cinco más “modernas”: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Caballeros Tem- plarios, el Cártel del Noreste, Los Viagra y Los Rojos. Hoy estos grupos se encuen- tran en una lucha iracunda y sanguinaria por los territorios del país y han genera- do una profunda crisis de seguridad que impacta a la sociedad mexicana. Y aunque el presidente López Obrador ha manifestado que “es más seguro Mé- xico que Estados Unidos y no hay ningún problema para viajar por México con se- guridad”, el país, según el Índice Global de Paz del Instituto para la Economía y La Paz, no está bien colocado en el ranking mundial, ubicándose en el puesto núme- ro 137 de 163 países –varios lugares re- zagado del país vecino del norte–. De igual manera, podemos seña- lar que el Departamento de Estado de EEUU tiene alertas de “no viajar” a seis estados mexicanos: Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zaca- tecas, todos gobernados por el partido Morena. Asimismo, otros seis están en el rubro de “reconsiderar el viaje”: Baja Ca- lifornia y Morelos (Morena), Chihuahua y Guanajuato (PAN), Durango (alianza PAN-PRI-PRD) y Jalisco (MC). Es de ló- gica común entender que esto es una afectación al país y sus infraestructuras vinculadas con el sector turístico. ¿Qué nos queda por hacer? Ante lo ocurrido en Culiacán y la indis- cutible predominancia de grupos crimi- nales en muchas de las regiones del país, queda claro que los sistemas de seguridad, sobre todo en los perímetros de zonas restringidas, si bien pueden cumplir con la normatividad vigente, re- sultan obsoletos e inadecuados ante el contexto actual del país, pues no guar- dan proporcionalidad con los desafíos de máxima violencia como los que ya hemos presenciado en Culiacán. De ahí que resulte imperioso tener una regulación actualizada ante los de- safíos que se experimentan en el país. Y también que los concesionarios de aeropuertos y del transporte aéreo ac- tualicen sus estudios de seguridad con- templando antecedentes como los an- tes mencionados. Es indispensable que el director de Seguridad reflexione si su primera línea de defensa, además de cumplir con los criterios marcados por la autoridad, podría representar un me- dio efectivo y eficaz de disuasión, demo- ra y rechazo ante las posibles amenazas del México actual. Si la aviación civil se ve afectada, la fuerte simbiosis con otros sectores puede generar daños incalculables Primer cuatrimestre 2023 / 23

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