En los últimos cuatro años, México no ha parado de enfrentarse a situaciones que colocan en un escenario vulnerable a la sociedad, las inversiones y el crecimiento del país. Y también a las infraestructuras críticas.
Un caso de interés, derivado de la actual revolución en la inteligencia artificial (IA), es la demanda que se está presentando en la infraestructura del sistema eléctrico nacional, ya que se va a requerir hasta 10 veces más del recurso actual para suministrar el desarrollo, la operación y la gestión de los data centers, colocando dentro de las verticales de las infraestructuras críticas una de las de mayor atención e interés nacional clave para el desarrollo, así como una vertical de atención para los grupos organizados.
Situemos también como escenario de amenaza natural para las infraestructuras el cambio climático, que pone a prueba el rendimiento y operación de todas las soluciones de automatización y seguridad electrónica en ambientes extremos de calor y lluvia. Sin olvidar la posición geográfica que tiene México: siendo un país intermediario entre potencias, nos obliga genuinamente al sector de la seguridad a estar en constante alertamiento y prospectiva para continuar en la exploración e innovación de soluciones basadas en las necesidades de cambio.
Soluciones de seguridad de CAME para proteger infraestructuras críticas
Inmersos en un panorama de riesgos, amenazas y constantes cambios, es importante crear alianzas de conciencia con asociaciones, cámaras, secretarías, socios comerciales, entre otros, para el desarrollo de estrategias que acompañen de manera sostenible y sustentable la demanda de nuevas soluciones de seguridad, automatización y control.
Desde CAME, empresa global fabricante con más de 50 años en la industria de la automatización, seguridad y control de accesos peatonales, vehiculares y perimetrales, estamos conscientes, por lo que cada equipo fabricado en nuestro catálogo ideal para esta vertical cuenta con certificaciones antiterroristas.
Me refiero en específico a los road blockers y los bolardos o pilonas, que no sólo cuentan con la capacidad de orientación de peatones y vehículos, sino que también son capaces de detener intrusiones de vehículos de hasta 7,5 toneladas lanzados a velocidades de 80 km/h. Mismas que se pueden integrar a soluciones de control de acceso y configurar según la necesidad de protección.
La adopción consciente sobre las nuevas necesidades de seguridad y tecnología que se están presentando en las infraestructuras críticas nos llevará a poder proveer de las soluciones adecuadas en cada proyecto, ya sea eléctrico, aeroportuario, minero, etc.