En un mundo cada vez más interconectado, donde la digitalización ha revolucionado la forma en que operamos, es esencial entender que la información robada o los ataques cibernéticos pueden poner en riesgo la seguridad y la privacidad de las infraestructuras críticas. Este tipo de instalaciones son los activos, sistemas y redes vitales que proporcionan los servicios esenciales necesarios para mantener la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, su importancia a menudo pasa desapercibida hasta que nos enfrentamos a una interrupción de estos servicios.
Este artículo explora la naturaleza de estas infraestructuras, su impacto en nuestras vidas y las medidas necesarias para protegerlas. Esto incluye no sólo a las redes eléctricas o los sistemas de agua, sino también a las infraestructuras de seguridad que garantizan su protección. Cualquier incidente que ocurra aquí, además de un riesgo para sus propios trabajadores, puede suponer un efecto en cascada en otros sectores de la economía y la sociedad.
Un aspecto crucial de las infraestructuras críticas es su interdependencia. Energía, transporte, agua, comunicaciones, salud, alimentación, seguridad pública, finanzas o gobierno son sectores que se apoyan los unos en los otros para funcionar eficazmente. Esta interdependencia hace que las infraestructuras críticas sean vulnerables a los efectos dominó cuando una de ellas falla.
DORLET, empresa líder en soluciones de seguridad integral, reconoce la importancia de esta convergencia para la integridad de la información y la protección de las personas en las infraestructuras críticas. Su enfoque integral abarca desde el desarrollo y la fabricación hasta la integración de soluciones, lo que garantiza la protección y el control en todos los productos que ofrece.
El impacto de una interrupción en las infraestructuras críticas
Una interrupción del suministro eléctrico puede paralizar las operaciones en hospitales, sistemas de comunicación, sistemas de calefacción y refrigeración, así como dar lugar a cortes en el suministro de agua y combustible. Además, y no menos importante, los sistemas de seguridad y las redes de emergencia pueden verse comprometidos.
Un ataque a las redes de comunicación podría dificultar la coordinación de las fuerzas de seguridad y los equipos de respuesta a emergencias. Además, afectaría gravemente a la comunicación de la población en general, lo que podría aumentar el pánico y la confusión en situaciones de crisis.
Interrumpir los sistemas de registros médicos electrónicos o el suministro de medicamentos podría tener consecuencias mortales. Y un ataque a la infraestructura de transporte podría paralizar el movimiento de personas y mercancías. Esto afectaría a la economía, la distribución de alimentos y el acceso a la atención médica.
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El artículo completo de Ander Rodríguez, Sales Area Manager Latam de DORLET, lo encontrarás en el número 26 de la revista ‘Segurilatam’.
