Infraestructuras críticas seguras en tiempos de pandemia

Año 2020, tiempos de pandemia. A decir verdad, no estábamos preparados, todos aprendimos. La economía sucumbió en la mayoría de los países del mundo y cada uno de ellos reaccionó de manera diferente. En este escenario, el miedo te atrapa. Y podemos cometer una serie de errores si se toman decisiones precipitadas. ¿Cómo podemos proteger las infraestructuras críticas y garantizar la continuidad de los servicios esenciales? ¿Cuál es la prioridad en estos casos?

En este artículo se tocarán estas incógnitas con el objetivo de emitir una opinión que pueda ayudar a tomar las mejores decisiones y a saber cómo vivir con este tipo de situaciones. En un mundo tan globalizado y dinámico debemos actuar rápido y saber que enfermedades como la COVID-19 llegan para quedarse y tardan en controlarse por los rebrotes. Un panorama que será habitual hasta que no contemos con una vacuna comercial efectiva.

Servicios esenciales

A continuación, se mencionan las actividades esenciales, como parte de las infraestructuras críticas, que no se detuvieron durante la pandemia de coronavirus:

1. Las que de manera directa son necesarias para atender la emergencia sanitaria; como son las actividades laborales de la rama médica, paramédica y administrativa. Y las de apoyo en todo el sector salud, tanto en el campo público como privado.
2. Las que involucran la seguridad pública y la protección ciudadana, además de la defensa de la integridad y soberanía nacionales. La procuración e impartición de justicia, así como la actividad legislativa tanto federal como estatal.
3. Aquellos sectores que se consideran esenciales para el funcionamiento fundamental de la economía.

Sector financiero:

• Recaudación tributaria: el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y todas sus operaciones.
• Distribución y venta de energéticos, gasolineras y gas.
• Generación y distribución de agua potable.
• Industria de alimentos y bebidas no alcohólicas.
• Mercados de alimentos.
• Supermercados.
• Tiendas de autoservicio.
• Abarrotes y venta de alimentos preparados.
• Servicios de transporte de pasajeros y carga.
• Producción agrícola, pesquera y pecuaria.
• Agroindustria.
• Industria química.
• Productos de limpieza.
• Ferreterías.
• Servicios de mensajería.
• Guardias y servicios de vigilancia de seguridad privada.
• Guarderías y estancias infantiles.
• Instancias para personas de la tercera edad.
• Refugios y centros de atención para mujeres víctimas de violencia, sus hijos y sus hijas.
• Telecomunicaciones y medios de información.
• Servicios privados de emergencia, servicios funerarios y de inhumación.
• De almacenamiento y cadena de enfrío de insumos esenciales.
• Logística (puertos, aeropuertos y ferrocarriles).

Lo anterior fue mencionado por Hugo López Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, el 30 de marzo de 2020, cuando los efectos de la pandemia comenzaron a ser patentes en México. En cada país se tomaron acciones diferentes.

Instalaciones seguras:

• Control de todo el perímetro de las instalaciones. Barreras físicas como bolardos, cerca eléctrica, cámaras, iluminación suficiente con sensores de movimiento.
• Caseta de vigilancia.
• Reforzar control de accesos (solo personal autorizado).
• Verificar temperatura corporal por medio de cámaras termográficas con reconocimiento facial.
• Sistemas electrónicos de identificación (reconocimiento facial).
• Disminuir hasta en un 70% el personal activo en las instalaciones.
• Hacer limpieza profunda en las instalaciones (desinfectando todas las áreas).
• Monitoreo de los ciberataques por medio de diferentes herramientas de software, así como el bloqueo de puertos USB y accesorios que se pueden conectar a las terminales de receptores de información y la actualización de contraseñas para acceder a los dispositivos conectados a una red (como cámaras y sensores electrónicos).

Infraestructura social:

El desempleo aumenta, la violencia se dispara, los saqueos se vuelven cada vez más comunes, las redes sociales se convierten en un arma de dos filos con las noticias falsas, la incertidumbre y el pánico se apoderan de la gente… ¿Qué hacer?

• Conservar la calma.
• Resguardarse.
• Mantener seguras las instalaciones de las empresas con un mínimo de personal para operar.
• Trabajar a distancia (teletrabajo).
• Hacer videoconferencias para operar con tu personal a cargo o jefes. Hacer un parte informativo a diario o cada vez que se dé un hecho relevante.
• Guardias de seguridad con todas las medidas sanitarias requeridas para evitar el contagio (mascarilla, guantes, gel y distanciamiento social).
• Salir lo necesario (solo por alimentos). Y de ser un empleado del sector salud o de seguridad, evitar tomar el transporte público y que la empresa del sector lo traslade de su casa al trabajo y de regreso.
• Monitorear de forma constante las empresas y estar atentos de las noticias en el día a día, siempre corroborando la veracidad de las fuentes de información para no tomar decisiones en base a información falsa.
• Llevar a cabo un control del personal de la empresa comunicándose con cada colaborador para conocer su estado de salud. Y habilitar una línea telefónica para que el colaborador pueda reportar sus síntomas y, de ser sospechoso de COVID-19 en base a un protocolo de preguntas, canalizarlo a una unidad médica.
• Existen guías para supervisar a los colaboradores que realizan teletrabajo. Y una serie de dinámicas de ejercicio para evitar problemas psicológicos, crear hábitos alimenticios malos o caer en sedentarismo o inactividad.
• No autorizar viajes al extranjero, solo si son de emergencia y con todas las medidas sanitarias. Y una vez que regrese el viajero, se aísla de nuevo en su casa al menos dos semanas.

El artículo completo de Luis Enrique Verástica Casillas, gerente de Inteligencia y Prevención del Delito del Grupo Coppel, puede leerse en el número 15 de Segurilatam (disponible en nuestra sección Kiosko Pro).