La primera consideración de las aeronaves no tripuladas en la minería es la diversidad de topologías en dicho ámbito: de socavón, a cielo abierto, artesanales, aluviales… Cada caso es un escenario de oportunidades diferentes. La segunda está relacionada con las áreas de aplicación: diseño y planeación, vigilancia, seguridad industrial, operaciones, logística y sostenibilidad y manejo ambiental. Y la tercera consideración es que el uso de UAV debe enmarcarse en un escenario IT donde, al menos, se consideren comunicaciones, ciberseguridad y proceso y almacenamiento de datos.
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El escenario mundial presenta una característica muy difundida: las grandes minas están localizadas en zonas remotas que casi siempre son sinónimo de un tráfico aéreo muy escaso. Y definir y enmarcar las operaciones de aeronaves no tripuladas en la minería se puede resumir en agregar valor en diferentes aspectos gracias a las aplicaciones y capacidad de generar información oportuna.
El primer paso es un manual donde se estipulen los objetivos de las operaciones de los UAV y se definan los responsables de la ejecución: quiénes solicitan (mantenimiento, obras, planeación, seguridad, etc.), quiénes aprueban, quiénes acceden y custodian la información, el procedimiento de contingencia, el enlace con los procedimientos de calidad y demás normas ISO u otras que la mina tenga en curso…
Procedimientos operacionales de las aeronaves no tripuladas en la minería
Supongamos un vuelo de inspección perimetral en una mina a cielo abierto donde la naturaleza de la operación es la captación de información relevante sobre la operación de extracción, como volumetrías, seguimiento de una nube de cenizas después de las explosiones y verificación de terraplenes, vías y tránsito de los vehículos de extracción y carga.
Los riesgos detectados en la operación se valoran y el personal de la mina es informado de la operación por los responsables. Se verifica la zona, el clima y los procedimientos de salud, seguridad, medio ambiente y calidad (HSEQ, por sus siglas en inglés) que se seguirán a lo largo de las operaciones aéreas.
El entorno operacional y la zona geográfica de las operaciones están delimitados por las zonas de explotación que se estén trabajando al momento de la realización de vuelos de aeronaves no tripuladas en la minería, pero siempre dentro de los predios de la mina. En este caso:
- La zona que se debe sobrevolar no tiene población diferente al personal de la operación minera.
- La topografía es plana y despejada en los 750 metros de alcance máximo previsto para vuelos.
- El espacio aéreo no presenta una restricción por caso de tráfico aéreo; por lo tanto, se adelantarán las coordinaciones con el controlador más cercano a la zona.
En general, toda operación parte de una brief con el equipo de la mina, revisar sus operaciones y determinar las variables que se busca medir. Puede ser volumetría, inspección, seguridad interna o perimetral u otra. Con lo anterior se revisan y levantan los datos para la programación, cobertura y alcance del vuelo. Y después los operadores hacen las verificaciones visuales de ambiente, aeronave y comunicaciones. En la verificación se confirma que el recorrido del dron esté dentro de las zonas indicadas como aptas para vuelo y no se tope con ninguna de las exclusiones resultado del análisis de riesgos.
El diagnóstico permanente está embebido en toda operación de UAV y permite revisar la condición de todo el sistema. Al final de cada operación se adelantan las inspecciones visuales del dron, se da fin a la operación y se pasa al mantenimiento. Los procedimientos posteriores al vuelo de aeronaves no tripuladas en la minería incluyen inspección visual y herramienta de diagnóstico para comprobar el estado del dron.
En todo el ciclo, los procedimientos para la detección de posibles aeronaves en conflicto se realizan por los operadores en la misión y por observadores remotos del personal de la mina cuando o donde sean necesarios.
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El artículo completo de Rafael Antonio Padilla, presidente del Colombia Chapter de la World UAV Federation, lo encontrarás en el número 27 de la revista ‘Segurilatam’.