Para hablar de armas no letales, primero se hace necesario definir qué se entiende por estas. Un arma no letal está diseñada para proteger la vida, es decir, protege no solo a quien la usa, sino también contra quien se usa y el entorno donde es utilizada.
De acuerdo al documento Policy on Non-Lethal Weapons y el manual de uso de armas de letalidad reducida del Departamento de Defensa de EEUU, un arma no letal debe cumplir cuatro requisitos para considerarse dentro de esta categoría: disuadir, demorar, denegar y derrotar.
Armas no letales en Colombia
Actualmente, en Colombia solo existe la posibilidad de prestar los servicios de vigilancia y seguridad privada con armas o sin armas. Dentro de estas dos posibilidades se permite que las empresas de vigilancia utilicen medios tecnológicos.
El uso de las armas no letales, como las que usan descargas de electricidad o gases pimienta, han podido clasificar en algunos casos como un medio tecnológico, previa aprobación por parte de la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada (Supervigilancia), que evalúa particularmente cada caso para autorizar o no su uso.
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Vigilancia y seguridad privada
La necesidad de tener claridad y certeza de cuáles son las armas no letales que la vigilancia privada puede usar se desprende, principalmente, de dos factores. Primero, la tendencia del mercado, nacional e internacional, cada vez disminuye el uso de armas de fuego y en esta medida la clasificación con arma o sin arma de fuego es obsoleta. Y segundo, cada vez es más diversa la manera en que las empresas de vigilancia y sus usuarios eligen y determinan enfrentar los riesgos que tienen las personas o los bienes que se protegen.
En ese orden de ideas, el uso de armas no letales en los servicios de vigilancia y seguridad privada es una muy interesante opción gracias a sus variadas ventajas. De resaltar, y, antes que nada, es la protección de la vida. Las no letales reducen significativamente las posibles muertes accidentales o voluntarias a terceros que ocurren con armas de fuego, y brindan mayor seguridad para los guardas, pues las armas de fuego a su servicio dejan de ser un objetivo de hurto.
Adicionalmente, las armas no letales tienen una serie de ventajas frente a las de fuego asociadas a sus costos de custodia, mantenimiento y permisos.
Asimismo, la utilización de armas no letales tiene una protección del empleo, pues actualmente entre el 4% y 5% del personal operativo que debe presentar anualmente un examen para usar armas de fuego no aprueba dicho examen. Con el uso de armas no letales, las empresas pueden reducir los gastos asociados a este examen anual. Y también proteger el empleo de guardas de seguridad que, por factores propios de la edad, no aprueban este tipo de pruebas, pero están en plena capacidad de continuar brindando sus servicios con no letales.
En definitiva, apostar por una normatividad clara y actual, que regule el uso de armas no letales en la vigilancia y la seguridad privada colombiana, significa apostar por el bien común de la ciudadanía y la protección de la vida. La regulación es el camino.