Como presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Seguridad (ACES), es un honor ser partícipe de una jornada tan especial como la celebración del Día de la Seguridad Privada en Colombia, donde exaltamos la labor de todas aquellas personas que se desempeñan en uno de los sectores económicos más importantes del país.
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Una labor sacrificada
Las diferentes modalidades de trabajo que tienen los hombres y mujeres de la seguridad han permitido brindar servicios de calidad a los clientes beneficiarios de su labor. Desempeñan cargos como guardas de seguridad, operadores de medios tecnológicos, manejadores caninos, personal experto en comunicaciones, supervisores, coordinadores de seguridad, escoltas, instructores de seguridad, etc., entre muchos más que se desprenden de los protocolos de seguridad y de acuerdo a las necesidades de todos los sectores económicos del país. El grado de humildad que tiene cada uno de los trabajadores que desarrollan esta labor ha logrado que se genere mucha confianza en ellos.
Las personas que ejercen estas funciones, por su vocación, deben permanecer largas jornadas que implican sacrificar momentos importantes de su propia familia. Primero, por los largos trayectos que tienen que realizar diariamente para desplazarse hasta sus lugares de trabajo. Y segundo, por los turnos programados que llevan a cabo.
La labor de los trabajadores de seguridad privada en Colombia merece ser exaltada por ejercer su función con disciplina y honestidad. Y, sobre todo, por el sacrificio que hacen cada día para velar por la tranquilidad de otros. Existen varias madres cabezas de familia que logran organizar sus hogares, estar pendientes de sus hijos, de sus actividades escolares, incluso de enseñarles a muy temprana edad los deberes de un hogar para poder salir de sus casas y regresar con el sustento diario. Son mujeres emprendedoras, honorables, diligentes y de excelente calidad humana que nos dan un gran ejemplo de superación y resiliencia.
Héroes sin capa
En el año 2020 y lo que llevamos del año 2021, y en medio de la crisis de salud que generó la pandemia y que puso en cuarentena a millones de personas, se demostró que los trabajadores de la seguridad son otro tipo de héroes sin capa. Asumieron sus labores a pesar del alto riesgo de este nuevo virus. Nunca renunciaron, nunca desfallecieron, llegaban a sus puestos de trabajo a tiempo a pesar de la alta posibilidad de contagiarse en la calle, en el transporte público, arriesgando su vida, su integridad e inclusive la de sus propios seres amados. Es uno de los trabajos que se mantuvo activo. Y al día de hoy, que se están normalizando las actividades, siguen altivos desempeñando con responsabilidad su función.
No podemos olvidarnos de aquellos trabajadores que perdieron su vida durante este tiempo. Héroes que, en cumplimiento de su deber, lamentablemente su luz se apagó, dejando una tristeza tan inmensa y una pérdida irreparable en sus hogares, en sus compañeros de trabajo, con quienes generaron un vínculo de afecto compartiendo responsabilidades laborales, en las personas que eran beneficiarias de su servicio y, en general, en el sector de la seguridad privada en Colombia, dejando una huella muy grande. Gratitud y paz para sus almas.
Gratitud diaria
Como ven, la labor de los trabajadores de la seguridad conlleva grandes retos y enormes sacrificios que ejercen como excelentes profesionales encargados de la seguridad de todo un país. Por ello, el día 26 de noviembre de cada año felicitamos y enaltecemos su entrega, aunque la gratitud se debería demostrar todos los días del año, cuando recibimos el servicio de estos valientes trabajadores.
Muchas felicitaciones a los hombres y mujeres de la seguridad privada en Colombia.
