Como cada año, con motivo del Día del Guarda de Seguridad, este 26 de noviembre queremos resaltar el trabajo de los guardas de seguridad privada que prestan servicios de vigilancia. Los mismos están al frente de las entidades como el primer rostro al que las personas se dirigen para pedir ayuda, identificar un lugar o hacer alguna solicitud.
En 2020, los llamados héroes de la seguridad privada han tenido un reto más grande que combatir la delincuencia: el virus que provoca la COVID-19, un enemigo invisible que puede estar presente en su vida diaria.
Nueva dotación, nuevas actividades
Por un momento, no podemos permitirnos imaginar al guarda de seguridad alistándose para empezar su turno y tener que incluir en su dotación medidas de bioseguridad como un termómetro digital junto a su arma, un gel antibacterial o alcohol junto a su comunicador, un tapabocas con su kepi o, tal vez, cambiar su uniforme por un overol antifluidos.
Y a las propias, sumar otras actividades como aprender a detectar posibles casos de contagio, controlar el ingreso de personas en los espacios cerrados, evitar las aglomeraciones, etc. Esto ha dejado en evidencia que los guardas de seguridad privada pueden contra cualquier amenaza.
Una labor de riesgo admirable
A pesar de ser una actividad donde el riesgo de contagio es alto, los guardas de seguridad siguen caracterizándose por tener un compromiso ejemplar, y dedicación hacia su trabajo, aun cuando su familia o personas cercanas se puedan ver afectadas por un caso positivo.
Otro reto que podemos resaltar en este año fueron las protestas sociales en las que se vieron afectadas algunas entidades en sus fachadas y bienes materiales. Y en las que se corroboró que los guardas de seguridad privada colombianos son un apoyo indispensable para reforzar a los cuerpos de seguridad del Estado. Seguir contando con esta cooperación es un reto al tener que afianzar esas alianzas público-privadas para mejorar la seguridad en el país.
También se debe lograr la especialización de la profesión por medio de nuevos programas educativos en las academias y universidades para afrontar, por ejemplo, los nuevos retos de la era digital y nuevas modalidades de delitos, ya sean físicos o de ciberseguridad. Se debe aumentar el valor de la profesión en todos los ámbitos donde los guardas pueden aportar sus conocimientos.
Esta sigue siendo una labor de admirar. Por ello, desde la iniciativa Cluster de Vigilancia y Seguridad Privada de Bogotá – Región, y en nombre de todas las empresas del sector, queremos felicitar a todos los guardas por su empeño, paciencia y buena actitud en cada servicio que prestan. Nuestro reconocimiento en el Día del Guarda de Seguridad 2020.