Los aportes de las personas dedicadas al campo de la seguridad privada han contribuido a un mejor vivir del ser humano en todas las facetas. Esto es digno de resaltar siempre. Pero en la medida que avanza el desarrollo tecnológico, los ciberincidentes aparecen en escena como actores de reparto con un guion estructurado del rol dañino a cumplir, beneficiando a pocos y perjudicando a muchos.
Psicología y capacitación
Los retos que vivimos, como la actual pandemia de la COVID-19, nos hacen ver más introspectivos y efectivos con la comunicación armoniosa y el liderazgo de influencia que coadyuven a fortalecer la protección sostenida de los protagonistas de la información: seguridad física, seguridad de la información y ciberseguridad.
Aquí es donde interviene la psicología, porque implica la presencia del ser humano con la variedad de comportamientos o conductas que nos diferencian los unos de los otros. En otras palabras, el jefe es bueno o el jefe es malo. Y a veces depende del estado de ánimo. Así como el personal de seguridad privada desea laborar con un buen jefe, los jefes desean trabajar con un buen equipo de trabajo. ¿Es posible en estos tiempos de retos?
Si lo es, no solo es necesario establecer las consignas y hacerlas cumplir. También hay que atraer la buena voluntad de los vigilantes de seguridad privada, identificando el potencial que tiene cada persona para elaborar un programa integral de seguridad, educándolos y capacitándolos en los diferentes riesgos para que conozcan el entorno, el mercado, la cultura y la estrategia de su organización y saber lo que tienen que proteger. Los estudios y la administración de vulnerabilidades son de imperiosa necesidad en las organizaciones para detectar deficiencias o riesgos potenciales.
Amenazas externas e internas
Por eso los delincuentes se han asociado y establecido como organizaciones bien consolidadas. Y se han convertido en una de las amenazas más grandes para las diferentes organizaciones, ya sean entidades financieras, transporte, condominios, conjuntos residenciales o donde obtengan rápidas utilidades sin correr grandes riesgos.
Podemos lograr que los vigilantes sean profesionales en psicología. Al final, lo que las empresas de seguridad privada buscan es generar confianza
Todo ello teniendo presente que la delincuencia organizada contrata a los mismos empleados de las empresas, quienes, voluntariamente o no, acceden a realizar actividades no autorizadas por su organización. Lo que quiero resaltar es que hay que estar atento tanto a las amenazas externas como a las internas.
El papel del psicólogo
Somos conscientes de que el ser humano es el eslabón más débil de la cadena de la seguridad. Los procesos, los protocolos y las consignas de seguridad son propuestas por seres humanos. Y como humanos presentamos falencias que son estudiadas por los delincuentes para obtener sus propósitos.
Considero que el papel del psicólogo debe ir más allá del proceso de selección formando equipos de trabajos con los jefes para analizar el desenvolvimiento del vigilante en sus funciones laborales normales, enfrentando y manejando novedades.
Por ejemplo, como supervisor de puesto y psicólogo de profesión he venido implementando la ciberseguridad con psicología, conociendo al vigilante en el aspecto laboral, personal, social y familiar. Y también identificando las necesidades individuales que tiene cada uno de ellos, el riesgo que pueden implicar en el cumplimiento de sus funciones o en la confiabilidad para ejecutarlas.
Después establecí un programa con cada uno de ellos, involucrándolos en el excelente desempeño de su profesión, la importancia de su trabajo y el apoyo para hacer cumplir las consignas que el mismo cliente plantea. Y sometiéndolos a prueba con sus rasgos de carácter, determinando en sus reuniones formales e informales de propietarios la fortaleza mental del vigilante que los atendió. Durante mis turnos logramos reducir en un 90% los casos de intrusión, las pruebas de vulnerabilidades, el manejo de insultos, las situaciones estresantes y la resolución de situaciones difíciles.
En resumen, podemos profesionalizar a los vigilantes de seguridad privada que tengan perfil de profesional con la profesión de psicología y otras profesiones, porque al final lo que las empresas de seguridad privada buscan es generar confianza.